El cambio en la dirigencia del PRI estaba más que cantado. El tema de la salida de Amadeo Flores Espinosa esta semana es episodio cerrado. Se reduce a delimitar la renuncia como consecuencia de la fractura interna que inició desde la competencia por la sucesión a la gubernatura, la que nunca supo aliviar como dirigente y que vino a ser su pesada losa en la estrepitosa derrota en las elecciones pasadas. Obviamente fue la razón de no superar el hartazgo contra el régimen tricolor. El golpe por tener que salir de palacio de gobierno tras 86 años de hegemonía ha sido mortal. Anímica y pragmáticamente para los militantes de ese partido. Pero si éste no quiere quedar sepultado para toda la historia política de Veracruz y en México esta es la oportunidad de que en corto plazo hagan algo por la sobrevivencia. La elección de un dirigente que retome las riendas debe sentarse sobre la premisa de que sea cualquiera menos uno con sellos fidelista o duartista. Si los priistas lo ven así entonces los primeros en quedar fuera son los diputados federales, Jorge Carvallo Delfín y Erick Lagos, Adolfo Mota y hasta Alberto Silva Hernández que ya fue, pero perversamente se atrevería a pensar en enlistarse. Y paradójicamente son los que abultan la lista. Estos, primero, y además, tendrían que librar el cúmulo de denuncias de Miguel Ángel Yunes Linares por los delitos de peculado y desvío de fondos entre otras linduras más. En el caso de Alberto Silva pretende ir a fondo por el presunto mal uso de 4 millones de pesos al día que se erogó en el sexenio pasado y que fue una inversión cercana a los 8 mil 500 millones de pesos en comunicación social. De esa cantidad buena parte fue manejada por el hoy diputado federal, quien tendrá que enfrentar los señalamientos de la actual administración.
El famoso “ni perdón ni olvido”, muy a su estilo, durante el cuestionado saludo al diputado federal, Adolfo Mota en el aeropuerto El Lencero en un acto público de banderazo de tráileres con medicamentos deja en claro que es la misma vara con la que serán medidos el resto de los que están en capilla. De esta forma, difícilmente podrían pasear tranquilamente en los corredores del tricolor los legisladores para buscar hacerse de la dirigencia. Y seguramente, opinan analistas, están más interesados que no les hagan devolver la fortuna que tienen que en atender tareas partidistas. Por si fuera poco se le suma la inconformidad interna. La secretaria general del propio partido, Regina Vázquez Saut los acusa de ser los artífices para que Amadeo Flores siguiera al frente del instituto político. “Son los que están detrás de las faldas de las mujeres que se opusieron a la continuidad en el PRI”, señala tajante la ex legisladores y ex alcaldesa de Acayucan. Y es que acusa a Lorena Piñón una ex precandidata a la alcaldía de San Rafael y ex secretaria adjunta de la secretaría general del PRI, de haber sido la artífice de la carta donde exigen la salida de Amadeo que se difundió en diciembre durante la visita del líder nacional, Enrique Ochoa Reza. Bien, Piñón Martínez como se sabe es muy allegada al ex secretario de Gobierno, actual diputado federal, Erick Lagos. LOS QUE SUENAN Según afirman con la mano de Fidel Herrera meciendo la cuna, se menciona fuertemente al hijo del dirigente de Antorcha Campesina, el ex diputado local, Marco Antonio del Ángel Arroyo como quien podría ser el ungido en la presidencia del Comité Directivo Estatal. En tanto, otro más que se suma a la lista es Octavio Pérez Garay ex diputado local por San Andrés Tuxtla, y muy cercano a Jorge Carvallo y Vicente Benítez, fidelistas-duartistas. Se agrega Juan Carlos Molina Palacios, líder de la CNC, y quien junto con la dirigente de la CNOP, Erika Ayala denunciaron constantemente que el partido que abanderaba a su compadre Héctor Yunes para la gubernatura era rehén de una camarilla. Es quizá quien se siente con mayores méritos. Finalmente y por no dejar otro hectorista salta a la cancha, quien fuera hombre fuerte del senador, y candidato fallido a la gubernatura, Jorge Moreno Salinas, incluso destapado por quien fuera líder campesino en la entidad, Cirilo Rincón. Así las cosas, el PRI, no sabe por donde irse, y mientras no sea una buena elección su camino será la sepultura pues la contienda por las 212 presidencias municipales está a la vuelta de la esquina. Y para el tricolor es “ahora o nunca”.