Por Silverio Quevedo
Columna: En la mira
Funcionarios de baja ralea
2016-12-08 | 09:38:08
Entonces secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez llamó a lols periodistas Joaquín López Dóriga, y Carlos Loret de Mola como comunicadores de baja ralea. La razón, en aquel septiembre de 2008, fue que estos lanzaron severa crítica a la diputada federal Dalia Pérez por su aparición como bailarina exótica en una película llamada Chiles Xalapeños.
Pues bien, del ex Procurador de Justicia con Javier Duarte, bien se podría retomar la frase de “baja ralea”, para aplicarse al ver la calidad de algunos de los nuevos funcionarios en el gabinete de Miguel Angel Yunes. A menos de una semana de haber sido nombrados, en el caso del secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán y ya protagoniza tremendo escándalo mediático al salir a la luz que no poseía el título como Licenciado en Derecho requisito para ocupar el puesto.
En tanto, otro caso es el de Clementina Guerrero la flamante secretaria de Finanzas, salida del mismo cargo en la Universidad Veracruzana, y a quien Miguel Angel Yunes le debe una buena parte de su cuartel de guerra en las elecciones y su principal aliada en la campaña frontal contra Javier Duarte.
Así de los casos el de Franco es el más cuestionado. Hasta ayer el secretario de Gobierno reaccionó solo a las críticas pero no al hecho en sí. Se atrevió a decir que hizo el trámite para titularse con calma como lo exige el mecanismo. Se puso como víctima más no admitió nada de lo que varias voces no pueden estar equivocadas.
Las críticas para Rogelio Franco han sido en el sentido de no contar con un título universitario que lo avalara como Licenciado en Derecho, y según el equipo de prensa del PRD, y no la dependencia que encabeza, exhibió el título expedido por la Universidad Veracruzana, pero con fecha de octubre del 2016 lo que generó otra oleada de señalamientos.
Se cuestionó por ejemplo la falta de un examen de titulación, no se dio a conocer bajo que lineamiento lo obtuvo, pero además la máxima casa de estudios, en un caso que pudiera ser inédito lo entregó en 10 días. Y por si fuera poco el funcionario carece de cédula profesional.
Es decir sin examen profesional, mucho menos reporte, monografía, tesis o examen general de conocimientos para titulación del secretario de Gobierno, pero que se le valió que realizó estudios parciales de posgrados.
Bien, de esta situación se derivan dos hechos. Uno es el silencio que guardó el propio secretario de Gobierno durante estos días, y sólo hasta ayer atinó a decir que es ignorante quien diga que sin cédula no puede desempeñar el cargo. La soberbia invade al perredista. Pues lejos de aceptar con humildad y honestidad que no contaba con el título, y que se hizo de forma exprés, aunque digan lo contrario, se dedica a criticar a los que lo critican.
Antes tuvieron que salir en su defensa el propio presidente del CDE del PAN, José de Jesus Mancha Alaracón al asegurar que nada le impide que ejerza las funciones encomendadas, pero además que ya presentó el título aunque se haya firmado a finales del mes de octubre.
Y diría así: “No, no, de ninguna manera, él cumple con todos los requisitos que establece la Constitución Política, para establecer el cargo de gobierno, incluso él ya lo hizo público, lo ha demostrado a todos los veracruzanos y esa es una muestra de la transparencia como se conducen los integrantes de este gobierno”, expuso Mancha Alarcón.
Y por si fuera poco, que mal se vio la Universidad veracruzana. Por si fuera poco, los funcionarios de la máxima casa de estudios también salieron a avalar este caso. Específicamente el director de la Facultad de Derecho, José Luis Cuevas Gayoso salió al quite de la Oficialía Mayor y de la propia Rectora.
Es inaudito que la UV pierda su autonomía y su libertad, y caiga en cuestionamientos por acciones como estas. Y el Oficial Mayor, Carlos Arturo Gómez, le abonó para decir que el flamante secretario de Gobierno cumplió con 71 de los más de 100 créditos de la maestría, es decir en términos simples, acreditó su maestría con 7 de una escala de 10.
Por otro lado, otro caso que pareció quedar por allí extraviado, es el de la secretaria de Finanzas, Clementina Guerrero, quien obtuvo una pensión de vergüenza.
Peor por las condiciones en las que está el IPE y sobre todo cuando tanto se ha dicho que es por los onerosos salarios con los que se jubilan catedráticos y personal de la UV. Y la funcionaria, sabiendo las condiciones que aguarda al instituto, sin importar, se acoge a la Ley y a las prestaciones que esta marca para obtener un jugoso beneficio.
Según nota periodística con documento que lo confirma, “la actual titular de la secretaría de Finanzas y Planeación del estado de Veracruz, Clementina Guerrero García, fue dada de alta como jubilada en el Instituto de Pensiones del Estado de Veracruz con un beneficio de más de 70 mil pesos mensuales”.
Y es que la autorización para dicha pensión fue hecha apenas una semana después de que pidiera licencia con el mismo cargo en la Universidad Veracruzana.
De acuerdo a la información el Consejo del IPE determinó que el primer pago debió recibirlo el 8 de noviembre, justo cuando la Universidad nombró a su sustituto.
Pese a todo lo que se aclare y se desmienta, el hecho es que ambos servidores del Yunismo se encuentran cuestionados por la opinión pública, la credibilidad mermada y entran en este gobierno con demérito como funcionarios probos o con la integridad necesaria para los cargos que desempeñan.
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