Se puede considerar el pasado 10 de marzo como un día histórico para el estado de Veracruz. El salir a las calles a protestar varias decenas de miles de personas en defensa de la máxima casa de estudios, nunca se imaginaron el poder de convocatoria del pueblo veracruzano cuando existe una causa común.

El sueño de cualquier político no sólo del estado, sino del país, el realizar un mitin de esa magnitud, así como una pesadilla para los funcionarios estatales de un partido político en el poder.

Obvio que en ese rechazo al gobernador priísta tuvo interpretaciones electorales que preocupó sobre el resultado del cinco de junio.

Tal como lo decía el encabezado del pasado viernes, la Universidad Veracruzana logró que despertara Veracruz. El discurso de la rectora Sara Ladrón de Guevara fue una pieza oratoria de antología.

Los inconcebibles débitos de un gobierno para las nuevas generaciones. “ Nos deben el derecho a soñar, nos deben la esperanza de un mejor futuro, nos deben una juventud sin miedos” Es la parte medular del discurso que concentra los ideales de un pueblo.

El exrector Víctor Arredondo Álvarez, puso el dedo en la llaga, al advertir la amenaza que se cierne para todos sectores de la entidad si el gobierno federal no interviene y resuelve el quebranto financiero antes de que el grave problema económico sea inmanejable.

Para colmo de males para el gobernador Javier Duarte de Ochoa, son las declaraciones en ese mismo jueves del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que la Federación no acudirá en apoyo a ningún estado que confronte este tipo de problemas de malos manejos de recursos públicos. Fue respuesta dada a un reportero de un medio capitalino que se refería al caso Veracruz.

Advirtió que de manera puntual el gobierno federal deposita a las secretarías de finanzas de los estados las partidas correspondientes. Si estas dependencias estatales han cometido desvíos o graves equívocos es problema particular donde no tienen injerencia las autoridades federales.

Se dejó sentir en esta ocasión el tenso ambiente de irritación de la comunidad universitaria similar a la marcha del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, durante el inicio del conflicto de 1968, donde quedó sellado el sombrío destino del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.

El OPLE obstaculiza registros

Aún no empieza formalmente el proceso electoral donde se renovará la gubernatura del estado y el organismo público electoral local ya confronta problemas al incumplimiento de las leyes que lo rigen.

El caso concreto de la legisladora federal, Rocío Nahle, a la que se le bloqueó su registro como aspirante a la minigubernatura si dicha dependencia hubiera respondido en tiempo y forma a los cuestionamientos que hiciera la coordinadora de la bancada del partido Morena.

Al cuarto para las doce el presidente del OPLE, José Bonilla Bonilla, dio respuesta para acreditar los requisitos que se requieren cuando ya habían pasado los tiempos internos del partido en el que milita Nahle García.