Pemex sigue el mismo camino de Telmex, Ferrocarriles y la compañía de Luz y Fuerza, empresas del gobierno que pasaron a manos privadas o desaparecieron. Ese es el triste anuncio que dio su director González Anaya con la reducción del presupuesto y el cese de miles de trabajadores.

Una empresa que debe 178 mil millones de dólares y que tuvo perdidas el año pasado de medio billón de pesos, además de anunciar el recorte de su producción, simplemente anunció su epitafio.

El petróleo se está agotando y es un cuento chino el descubrimiento de nuevos yacimientos. Con los precios a la baja y con un sindicato voraz que amenaza con boicotear las elecciones en los estados claves para el PRI, como es Veracruz.

El camino es entregar la paraestatal a las empresas extranjeras que es la ruta fatal que se le marcó con la reforma energética.


La diferencia de maestros

El secretario de Educación, Aurelio Nuño, anunció que despedirá a 3 mil 360 docentes que no se presentaron a los exámenes para ser evaluados, lo interesante es saber que hará el gobierno del estado de Veracruz, con los 2 mil 800 maestros que figuran como “aviadores”.

Es una gran diferencia porque los profesores que correrá la SEP, ellos eran maestros frente al aula, quienes por razones sindicales no se presentaron a las pruebas, pero en el caso de Veracruz, se trata de amigotes de los funcionarios que nunca estuvieron frente a ningún grupo de alumnos, sólo se presentaban a cobrareso sí…puntualmente.


El Orfis duplicó su nómina

Cuando se creo el Órgano Fiscalizador, (Orfis) en la época del gobernador Miguel Alemán, nunca se pensó que podía convertirse en un elefante blanco que sirviera como una dependencia encubridora de los malos manejos de los dineros estatales. La mejor prueba son las denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la Federación sobre desvíos de recursos federales que han incurrido los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte. Si esto lo hicieron con partidas etiquetadas, “trabajaron” con la mayor tranquilidad y descaro conrecursos locales que no tienen que ser justificados ante el gobierno federal.

Como se permitió la corrupción y los gastos exagerados, así el Orfis que tuviera doscientos empleados, ahora ha duplicado el número de burócratas. Si bien el traviesoe indiciado Mauricio Audirac incorporó a cien amigos a la nómina, aparte de clavarse la mitad del intento de soborno al contador Juan Manuel Portal Martínez, Auditor Superior de la Federación.

Lorenzo Antonio Portilla, el último auditor general del gobierno de Duarte, ayudó a tener trabajo otro centenar de sus compañeros de la Contraloría donde había estado y la directora de Administración y Finanzas, Yolanda Gómez, colocó a su familia.

Ahora que empezó el recorte del presupuesto no tuvieron más que quitar prestaciones y apoyos a servidores públicos que habían empezado con su primer auditor, René Mariani. A los cuateshay que sostenerles a viento y marea.