El socorrido tema del des gobierno de Veracruz de Javier Duarte de Ochoa, jamás en la historia había sido un gobernante tan cuestionado y mencionado en los medios nacionales, se podría asegurar que en numerosas fechas supera en referencias al presidente Peña Nieto y hasta se podía asegurar que hay días que es más popular que el propio mandatario mexicano. No hay programa de televisión de noticias que no aparezca,ni columnas de analistas políticos, que no se le citey Javier Duarte debería de cobrarle regalías a Brozo por dedicarle tanto espacio y en forma continua en su programa el Mañanero.

Si bien es la imagen más negativa que ha existido de un gobernante veracruzano, pero como dijera un maestro veracruzano de la política Mario Vargas Saldaña, hablen bien o hablen mal, pero que hablen, porque si no, es que estas muerto en este actividad política.

Es como los artistas que se hacen toda clase de comentarios.

La última maniobra duartista si es preocupante y muy grave con la desaparición virtual del Instituto de Pensiones como el organismo solidario para cubrir el retiro de los trabajadores del gobierno del Estado.

De golpe y porrazo el gobierno veracruzano se deslinda de sus obligaciones con los pensionados y futuros jubilados. Prácticamente hace desaparecer el Instituto de Pensiones y con ello los fuertes adeudos que mantiene con los organismos descentralizados y con la Universidad Veracruzana.

La seguridad de los trabajadores del estado ya pagada de manera anticipada la desapareció con esta iniciativa de ley.

Aunque tenga el apoyo de la mayoría priísta de los serviles diputados locales no se cree que autoridades del gobierno federal, ONGS y los partidos políticos nacionales se lo permitan.

El día que no aparezca en los periódicos Javier Duarte de Ochoa se va a enfermar de tristeza. Va a extrañar las maldiciones y mentadas que le dedican los columnistas locales y nacionales.

Cuando deje de ser el tema preferido se va entonces a preocupar.

Es una vacilada

No me imagino a alguien con algo de cerebro que se le haya ocurrido como una buena idea el sacar las calificaciones de los candidatos Héctor Yunes Landa como un alumno de dieces y que le respondieran que el otro aspirante Miguel Ángel Yunes Linares de onces.

Durante los 18 años de dar clases en la Universidad Veracruzana y en la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM, eso de las altas calificaciones no acreditan que dicho egresado en el futuro sea un brillante profesional y mucho menos un eficiente servidor público.

Lo de las calificaciones de onces es una vacilada que le resta seriedad a la propia escuela de Derecho y a los maestros que lo hicieron.

Si dijeran que son egresados de las llamadas “Big Ten” de los Estados Unidos o de la Universidad Católica de Chile, considerada como la mejor de las universidades de habla hispana o de la propia UNAM, pero son la UV.