El pasado viernes se dio a conocer la primera encuesta que señala la realidad en la que se encuentran los aspirantes a gobernar el estado de Veracruz. Es un detallado estudio de opinión que no fue pagado por nadie y realizado por la empresa veracruzana “Impulsos” considerada a nivel nacional como la más veraz y acertada en sus resultados electorales comprobados en el curso de los últimos quince años.

Se recuerda cuando al candidato Fidel Herrera se le dio a conocer que la ventaja sobre Gerardo Buganza era de sólo un punto,no lo aceptó y cruzó una apuesta, donde el aseguraba que su delantera era de más de ocho puntos. Poco tiempo después quiso conocer a los atinados directivos de esa empresa, egresados del Tecnológico de Monterrey cuya verticalidad profesional es reconocida.

Pues bien, en ese último estudio publicado aparecen en un empate técnico Miguel Ángel Yunes Linares y Héctor Yunes Landa, la diferencia es mínima a favor del precandidato de la alianza PAN-PRD.

En tercer lugar esta el ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, del partido Morena que sigue aumentando todas las semanas su porcentaje a diferencia de los otros políticos de los partidos mayoritarios. Una revelación es el independiente de Juan Bueno Torio, quien sin ningún partido político sorprende el arrastre que ha tenido sin que cuente con el registro formal que lo autorice que su nombre estará en la boleta. Su situación podría cambiar de manera positiva por el rechazo existente de la ciudadanía veracruzana a todos los partidos políticos.

Con los números señalados se puede asegurar que será una elección cerradísima de cuatro, con porcentajes muy cercanos a los 25 puntos, donde una variante de una décima, será la que defina, quien será el próximo gobernante veracruzano que tiene, no el compromiso, sino la obligación de limpiar a profundidad la casa gubernamental y castigar a los culpables que traicionaron y dañaron la tranquilidad económica y laplácida seguridad de la vida del pueblo veracruzano.

No se equivoquen

A cualquiera que escuche de los aspirantes al gobierno de Veracruz, se les podría calificar como el esperado “vengador del Pueblo”, todos hablan de que van por el rescate de la entidad, ante la imposibilidad real por ser tan breve la minigubernatura bianual.

Aprovechanel repudio ciudadano a la golpeada imagen del gobernante Javier Duarte de Ochoa.

No hay duda que el político busca capitalizar para su particular beneficio electoral la recusa mediática hacia el gobernante veracruzano que ha sido objeto de feroz embestida de medios impresos y audiovisuales, tanto a nivel nacional como de los locales,sobre todo aquellos que dejaron de ser sus consentidos.

El elector se puede equivocar y pensando que venganza significa reparación y puede suceder como las promesas del “Bronco” gobernador de Nuevo León, que castigaría a su antecesor, cuando finalmente resultó el tradicional político convencional y le dio la absolución.

La mejor manera de vengarse de un enemigo, es no parecérsele.