Cuando Fidel Herrera Beltrán fue nominado candidato a gobernador por su partido, uno de sus detractores o al menos, no gozaban de una simpatía que los identificara, era Adolfo Mota Hernández.
El ahora diputado federal, quien pasado mañana estará cumpliendo 40 años de edad, se queda entonces entre la caballada como aspirante a la gubernatura, y entonces, y a pesar de su juventud, se sumaría a la campaña del propio Fidel Herrera Beltrán siendo uno de los consentidos del alemanismo.
Mota Hernández no congeniaba en lo absoluto con el que sería el sucesor de Miguel Alemán, pero fue respetado en el cargo, y valorado en su trabajo partidista por el abanderado del partido tricolor, con quien trabajó mano a mano para sacar la apretada elección con una ventaja de apenas 35 mil votos sobre el panista, Gerardo Buganza Salmerón.
El hecho, es que este jueves por la mañana el que ocupaba el mismo cargo, en una historia similar del 2004, era el diputado Federal, Alberto Silva Ramos, y presentó su renuncia como presidente del PRI en la entidad.
Su periodo es uno de los más cortos de los dirigentes de ese instituto político, pues no alcanzó los 3 meses. Como es sabido, era uno de los contendientes internos en el Revolucionario para buscar la nominación que recayó finalmente en Héctor Yunes Landa.
Es precisamente el candidato a quien se le entrega tácitamente la posición para que la ocupe alguien de “su confianza” como lo será, si otra cosa no sucede, Amadeo Flores Espinoza. Amadeo es uno de los tres hombres fuertes en operación política para Yunes Landa, junto con Jorge Moreno Salinas, aquel que acudiera personalmente a Casa Veracruz a entregar la caña de pescar.
Llama la atención que el de Tuxpan, Silva Ramos haya centrado su escueto anuncio vía twitter y facebook, en la unidad y la inclusión, las que, dijo, fueron su prioridad en su calidad de presidente.
Y tras agradecer a los integrantes del comité, a los líderes sectoriales, presidentes de los comités municipales y seccionales su respaldo, el hasta ayer dirigente priista conmina a quien lo suceda a seguir con los mismos ideales.
Es incongruente que por un lado se despida con ese discurso, y por otro se esté dando la renovación del directivo que a la postre, sin duda, traerá remoción de otros directivos y esquemas de talacha partidista, cuando hasta ya parece iniciar en forma tardía la verdadera campaña por la gubernatura.
Adolfo Mota fue mantenido por Fidel Herrera, y en este caso, en su estilo propio, Héctor Yunes prefiere no arriesgar. Algo que caracteriza al candidato priista es la desconfianza, y luego del duro jaloneo que sostuvo en el difícil camino de la candidatura, seguro que tiene razones para ello.
Si bien Silva se tenía que ir, Héctor deberá pensar en quien sustituirá la figura bronca que aunque no comulga con la confrontación, ante un candidato bélico como el panista Miguel Angel Yunes, su primo, es más que necesaria para el equilibrio. Y si Amadeo Flores se encargará de dirigir al partido con el que busca la gubernatura, mucho carece de esa parte.
La unidad pues, se viste incongruente en un relevo muy inmediato y específico para la campaña, cuando ya de por sí el CEN del PRI tuvo hasta el último momento todo en el horno de forma exprés para designar al candidato, y parece que así continúa.
direccioneditorial@hotmail.com