Interesantes los datos de la encuesta del periódico El Universal sobre si hoy fueran las elecciones para gobernador del estado de Veracruz sobre la pregunta ¿Por qué partido político votaría? donde el PRI aventaja solo con un 18.4 por ciento, cuando el 40.8 de los entrevistados no declararon ninguna preferencia.

Esa es la realidad del veracruzano, quien no quiere saber de partidos políticos y existe un rechazo absoluto a los considerados en el pasado como partidos mayoritarios. La gran mayoría como el Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y Encuentro Social apuradamente alcanzan el 0.6 y el 0.2 por ciento. Es decir que no superan siquiera el de uno por ciento como dígito.

También el caso del PT, Alternativa Veracruzana y el Cardenista que registran el 0.1 por ciento. Es decir que en el panorama electoral de la entidad no existen, más que el membrete, que han sabido venderlo.

El partido Morena de Andrés López Obrador representa en el momento actual la tercera fuerza electoral ya tiene el doble del PRD de la preferencia del electorado veracruzano, indica que la auténtica izquierda en su primera aparición en un proceso estatal es una revelación de lo que pudiera ocurrir en el 2018.

El candidato Cuitláhuac García aparece en todos los estudios realizados en un tercer lugar y aumentando su porcentaje. Si el pleito se agudiza entre el PRI y la alianza se puede colar este diputado federal que ganó en el distrito de Xalapa.

Lo preocupante para el partido tricolor de esta metodología de investigación del diario capitalino son los números cuando se pregunta por la persona por la que sufragaría y no por el del partido, donde se señala un empate técnico entre los tres aspirantes del PRI en relación con Miguel Ángel Yunes Linares como candidato.

En el caso de Héctor Yunes Landa en relación a su primo es del 22.0 por ciento y su contrario del 21.0. Pepe Yunes Zorrilla 21.3 contra 20.4 y Alberto Silva Ramos empata con el legislador panista con el 20.0. No hay ninguna diferencia entre los dos diputados federales.

Hasta pena ajena

En el mayor de los ridículos quedaron las autoridades gubernamentales que atraparon a Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, cuando dos actores, uno norteamericano y otra mexicana, Sean Penn y Kate del Castillo, respectivamente, pudieron entrevistarse con el perseguido narcotraficante y publicar en una revista estadunidense la reunión que sostuvieron para la realización de una película sobre la vida del hombre que se ha burlado en dos ocasiones de los penales de alta seguridad de México.

Cómo es posible que ellos pudieran ver al jefe del Cártel de Sinaloa y los miles de policías y militares que lo buscaban no pudieran en seis meses atraparlo. Cuando dos policías lograron detenerlo y se le diera una amplia difusión como un gran logro, dos modestos actores pudieron entrevistarlo precisamente en el lugar donde estaba refugiado. Da pena ajena.