Por Maquiavelo
Columna: Se dice que
El silencio de Reynaldo
2015-01-28 | 21:11:59
Si se animara hablar el licenciado Reynaldo Pérez Escobar, sobre los críticos momentos que vivió como secretario de Gobierno durante la administración de Fidel Herrera donde tenía que materializar los compromisos del gobernante y deshumanizarse en su etapa como Procurador General de Justicia del estado en el período de Javier Duarte.

De antemano, el reportero que lo lograra entrevistar sobre estos aspectos de la privativa actividad que desarrollara dentro de las dos administraciones estatales tenía aseguradas las ocho columnas de los impresos y la entrada principal de cualquier noticiero audiovisual.

¿Será el exalcalde de Jalapa el funcionario egoísta que se guardará el valioso secreto para sus memorias?

Si bien es cierto que manejar el silencio es más difícil que manejar las palabras.

Es Reynaldo Escobar un político en toda la dimensión sobre el conocimiento del peculiar quehacer en la administración pública. Catedrático universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana. Fue considerado como el mejor operador político en la ciudad de Jalapa. Trabajó para las campañas electorales y su personalidad fue utilizada para que no recayera nuevamente en la oposición el ayuntamiento de la capital del estado.

No obstante que ayudó y protegió a los aspirantes a alcaldes de la zona centro del estado, se actuó en contra de él de manera contraria para que mordiera el polvo cuando quiso participar como candidato a diputado. Durante estos sexenios se estableció una línea del palacio, que salía directamente con la encomienda de quien debería ganar o perder.

En esta nueva etapa ha sido relegado de cualquier actividad de los servidores públicos y solo atiende aspectos relacionados a su despacho de abogados.

Le han hecho los príncipes gubernamentales (otrora virreyes) un sinnúmero de promesas que son olvidadas por los que se las hicieron, pero él las recuerda detalladamente. En varias ocasiones el entonces secretario de Gobierno, Erick Lagos, solicitaba el apoyo y la experiencia de Escobar Pérez para dar una atinada solución a los problemas inherentes a su cargo.

Gerardo Buganza Salmerón es harina de otro costal.

Sabe ser Reynaldo un amigo de sus amigos, situación adversa con los funcionarios cercanos que él reincidentemente ayudó.

La única amistad que vale es la que nace sin motivos.

En estos próximos comicios en que se renovará la gubernatura del estado existirán nuevos partidos políticos y no se descarta que sea Reynaldo Escobar uno de sus candidatos lo que entraña un grave riesgo por todo lo que sabe de las administraciones priistas.

Una fuerte y concisa declaración podría demoler al partido en el poder y tirar al aspirante del tricolor.

La fuerza política que llegó a tener Fernando Gutiérrez Barrios era el conocimiento que había adquirido de lo que hay detrás de cada personaje, los aspectos privados que se encierran en el closet. Su discreta función durante quinquenios en la Federal de Seguridad, de la Secretaría de Gobernación, le daba esa valiosa oportunidad.

Nadie sabe la importancia que tiene el silencio de Reynaldo Pérez Escobar.

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