La preocupación
más seria del gobierno
federal es
el empate técnico
en que se encuentran
el PRI y PAN
para los comicios
federales del verano
próximo. De
inmediato se le
pidió a Gustavo
Madero que regresara
a la dirigencia
nacional para
poder negociar las
gubernaturas y las
diputaciones federales
que estarán
en juego.
Con Ricardo
Anaya, como líder
nacional, se corría
el riesgo de que no
entendiera el juego político del PRIAN y que por su
propia juventud podría darle cauce a un idealismo
partidista que afectaría seriamente los arreglos
convenidos desde que firmaron el Pacto por México.
El regreso de Madero Muñoz sí viene a complicar
seriamente a la gubernatura del PRI en el estado de
Veracruz que permanecía de manera hegemónica
durante los últimos ochenta años.
Entre las negociaciones privadas entre el presidente
Peña Nieto con el jerarca panista podría considerarse
la transición de la próxima administración estatal de
la entidad. Ante el inminente problema de perder la
mayoría en el Congreso federal, el jefe del Ejecutivo
podría poner en el equilibrio de la balanza electoral el
estado de Veracruz. Desde que arribó a la presidencia
de la República su tutor Carlos Salinas de Gortari fue
el primero en realizar las primeras concertasesiones
en donde casi siempre se benefició al PAN. Por lo
que no resulta extraño que esta medida política se
aplique en la entidad.
El compromiso del chihuahuense es apoyar a
los que le permitieron su arribo a la dirigencia y se
antepone su interés personal de ser el candidato
presidencial y para ello requiere tener varias gubernaturas
estatales.
De cualquier manera, el mandatario mexiquense
tiene que encontrar una salida democrática que no
le complique los últimos tres años de su gobierno. Si
esto ocurre no se descarta que un miembro del clan
Yunes Linares-Márquez sea el preciso y, de paso, dejar
un precedente de la efectividad de su propuesta de la
reforma electoral.
Mataría dos pájaros
de un tiro.
Adolfo Ruiz
Cortines aseguraba
que el juego
de la política es
como practicar
la carambola,
para realizar una
faena de tres bandas
había que ir
preparando cada
movimiento de
cómo se colocan
las bolas, en este
caso, las personas
que permiten la
jugada maestra.
Si bien el presidente
veracruzano
era un jugador
que prefería el
dominó, en el
caso de la política se inclinaba por el billar.
En el caso del PRD no inquieta a la cúpula priísta y
mucho menos al gobierno federal por la desbandada
masiva de sus filas y hasta la posible pérdida de su
registro, si se empeñan en continuar dirigiéndolo
“Los Chuchos”, grupo del sol azteca que antepone
sus intereses personales por lo que de antemano se
les tiene bajo control pecuniario.
Está tan desprestigiado el quehacer de los políticos
que ya hasta se inscriben como candidatos artistas,
cantantes, payasos en Jalisco y hasta jugadores como
Cuauhtemoc Blanco, quien busca la alcaldía de Cuernavaca.
Ya no se toma en serio la tarea de gobernar,
existe una frustración y desencanto en la ciudadanía.