Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
“La libertad de expresión” y sus 63 años
2014-06-08 | 21:19:18
A propósito del pasado sábado y la celebración de la pretendida libertad de expresión, cabe acotar que en nuestro estado, como en el país, el debate sobre dicha emancipación sigue siendo ilimitado -nadie sabe dónde inicia ni dónde concluye- y a pesar de lo establecido en nuestros preceptos legales, la realidad es otra.
Fue un 7 de junio de 1951, cuando el entonces presidente Miguel Alemán Valdés declaró por primera vez, el Día de la Libertad de Expresión en México, aunque en nuestro país esta celebración se remonta a los tiempos Benito Juárez, quien legisló para que los mexicanos se expresaran libremente, derecho que se vio carente durante el Porfiriato, cuando la libre manifestación de las ideas se consagró en nuestra Carta Magna en los artículos 6º y 7º de 1951.
Y es que aun cuando se restringía este derecho, muchos periodistas desde su trinchera lucharon por mantener sus posturas.
Posteriormente el presidente Echeverría, en 1976, añade a esta celebración la entrega del Premio Nacional de Periodismo a los más destacados miembros de la prensa escrita y electrónica, por sus trabajos y desempeño.
Pero en la actualidad a 63 años de haberse decretado esta fecha, sigue siendo un tabú y es que no solo es referirse a la libre expresión de las ideas de los periodistas, sino de la ciudadanía en general, quien hoy en día continúa siendo reprimida.
Expresar una opinión suele ser actualmente en día un riesgo, que va desde la represión emocional, hasta la violencia física.
Hoy en día podríamos citar que la libre expresión de las ideas está prácticamente confrontada con la libertad de tránsito, frente a la incapacidad o apatía del estado por resolver el tema, donde la ciudadanía se encuentra enfrentada en una batalla de libertades que nadie garantiza; vamos desde la represión por una publicación, hasta la represión por una manifestación.
La celebración se da año con año y, al igual que navidad, se finge cordialidad, amor, respeto, gusto, regocijo y hasta orgullo en un solo día, por un derecho consagrado en la constitución y que dista mucho de ser una garantía o un derecho humano, ya que ejercerlo al cien por ciento significa enojo y contención de quienes ostentan el poder.
El derecho a la libre expresión de las ideas va más allá de un día de apapacho y discursos de buenas intenciones, tendría que iniciar por el respeto, y ello está muy distante debido a los gobiernos ostenta el poder en contra del pueblo y no para el pueblo.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en sus artículos 6 y 7 la libertad de expresión y de publicación, pero dentro de dichas disposiciones los filtros son muchos, van desde la protección de información y la libertad, siempre y cuando no se ataque “la moral” o el orden público.
Y por ejemplo uno podría cuestionar ¿y qué instancia es la que regular el daño a “la moral”? Sin duda hay avances significativos, pero mucho se tiene que trabajar sobre la materia antes que la dicha libertad ocasione un caos ante las constantes modificaciones a las legislaciones, con el afán de consagrarla, pero a la vez coartarla. ¡Incongruencias nada más, que no son otra cosa que simulación!
Algunos avances pudieran citarse con la instauración de organismos como el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), aunque aún hay mucho por hacer cuando se observan reservas de información guardada o confidencial, y así podríamos enumerar un sin número de paradigmas.
Lo cierto que lejos de pleitos y discusiones infructuosas hay poco que celebrar, pero sí mucho por hacer ¡y ahí es donde se tiene que poner entusiasmo y no solo en un día de festejo frío y superficial.

@magzamu

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