Durante décadas Coatzacoalcos fue reconocida como la Ciudad de las Avenidas por poseer los complejos petroquímicos más importantes de América Latina. Fue de los municipios que gozaron a plenitud el boom petrolero y por tener uno de los mejores niveles de vida del país. Las familias vivían de rentar sus propias casas por la demanda que existía. Sin duda el polo de desarrollo más importante de la entidad veracruzana.
El Ayuntamiento del antiguo Puerto México superaba en su presupuesto al resto de la entidad, que por razones equivocadas se le colocaba en apariencia en segundo lugar después del puerto de Veracruz, con algunos miles de pesos inexistentes para las autoridades municipales.
El movimiento naviero era comparable al de Houston.
A partir de este sexenio se inició su completa demolición, primero vendiendo el Complejo Pajaritos, ahora dan como un hecho que continuarán con el denominado Cangrejera y después el Morelos.
Los líderes petroleros fueron considerados en su época como los más influyentes y poderosos dentro del Sindicato Nacional. Las cuotas de los obreros les permitían disfrutar de una inagotable fortuna y darse una vida llena de lujos y de comodidades. Contaban con aviones privados, y los candidatos a gobernadores requerían de su apoyo económico y de su multitudinaria presencia en los mítines que ellos organizaban.
El sur definía con su voto a cualquier candidato el triunfo seguro.
La historia del sureste veracruzano cambió radicalmente con los nuevos gobiernos. Importantes empresarios iniciaron el éxodo. Poco a poco se esfumaron las cuantiosas compras de la paraestatal Pemex. Lo curioso no es cómo se escribe la historia, sino cómo se borra.
Es una ciudad moderna que en los últimos años vive una continua gravedad que está a punto de hacerla naufragar, pero que se oculta bajo la máscara de la mediocridad. Un disfraz que no se puede llevar por mucho tiempo.
Una cosa es continuar la historia y otra cómo repetirla.
La inversión privada es la actual tabla de salvamento ante la ceguera oficial. Lo triste es que son capitales extranjeros los que vienen a corregir nuestros habituales errores.

El veracruzano consentido
El presidente Enrique Peña Nieto, tanto en los actos privados como públicos, al veracruzano que le ha mostrado una especial deferencia es al exgobernador Miguel Alemán Velasco. Es notoria la cortesía y caballerosidad del mandatario federal hacia la persona que dirigiera los destinos de la entidad.
No solo le encargó Peña Nieto la reconstrucción del puerto de Acapulco y la rehabilitación del estado de Guerrero como un reconocimiento a su talento y capacidad como ejecutivo estatal. Para ello autorizó una inversión de 34 mil millones de pesos.
En el reciente evento sobre protección civil, el presidente Peña Nieto hizo patente los lazos de amistad y afecto hacia el veracruzano que concentra su vida en las tres “T”, transportes, turismo y telecomunicaciones.
Si llegara a ser consultado Miguel Alemán sobre el destino político de Veracruz, de antemano se sabe quienes pertenecen a su conocida lista negra. No los puede ver ni en pintura.