Columna: Se dice que...
Era un pequeño problema el acueducto de la presa del Yuribia que se podía solucionar cumpliendo lo que se les promete a los humildes ejidatarios que viven en esa marginada zona del sur de Veracruz. Pasaron los años y los ofrecimientos quedaban siempre suspendidos y con ello se perdió la confianza.
Tanto campesinos como las autoridades se dañaron a sí mismos, los primeros por ofrecer demasiado y los segundos por esperar demasiado.
Las promesas son olvidadas por el gobierno, nunca por el pueblo.
Los políticos son todos parecidos en sus ofrecimientos. Solo en sus acciones es donde difieren.
Lo que ocurra en aquella zona del Tatahuicapan será absolutamente responsabilidad del gobierno del Estado. Los campesinos ya advirtieron “si Duarte quiere sangre, ¡la habrá!”
Este grupo de veracruzanos están dispuestos a todo. Hasta hacer volar la presa del Yuribia y, como primer aviso empezaron a romper las válvulas dejando sin el vital líquido a los municipios de Minatitlán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos.
Pasan los días, las semanas y las poblaciones de estos municipios no tienen agua y la tensa situación provocada por este grave malestar puede explotar en cualquier momento.
Los nuevos tiempos
Es la línea oficial más humillante para el funcionario. En otras épocas se les ordenaba a los gobernadores que pidieran licencia por motivos personales o enfermedades y mandaba al interino. Ahora se les hace a un lado y se envían a un comisionado que cuenta con los recursos y el poder, mientras tanto, el gobernador se convierte en un simple espectador. Como si fuera una simple secretaria que ocupa el despacho del mandatario y de vez en cuando es llamado para recibir nuevas instrucciones del enviado presidencial. De intocables virreyes en la dorada época de los gobiernos federales panistas a simples lacayos. Se arrepienten del poder y del dinero que perdieron cuando arribó un presidente de la República de su propio partido.
La carta de Yunes Landa
Es la misma escuela de Roberto Madrazo para llegar a la candidatura presidencial de su partido. Manlio Fabio Beltrones al terminar su función como coordinador de los diputados federales tomará las riendas nacionales del PRI.
Esa es la influyente carta escondida de Héctor Yunes Landa, para ser nominado candidato a la gubernatura veracruzana a pesar de lo que haga el gobierno estatal para bloquear el arribo del rebelde choleño.
El sonorense exige como justa compensación política el cargo de líder nacional priista por haber sacado las reformas fiscal y energética aliándose en la primera con el PRD y en la segunda con el PAN, demostrando con ello su singular poder de conciliación. De antemano se opondrán los secretarios Luis Videgaray y Osorio Chong, que tenga el pupilo de Gutiérrez Barrios, el control de los priistas para sus planes en el 2018. Manejar las estructuras partidistas le dan con su reconocida experiencia y el conocimiento del sistema, grandes posibilidades que se convierta en el abanderado para la nueva contienda electoral.