Columna: Se dice que...
No existen antecedentes sobre la anticipación existente por la clase polÃtica veracruzana y los medios para adelantar el cambio sexenal del gobernador del estado, cuando ni siquiera se habÃa logrado llegar a la mitad del perÃodo y ya se soltaron los nombres de los senadores priistas como los más factibles para suceder a Javier Duarte de Ochoa.
Situación inédita que no se habÃa dado en ninguna administración pasada, que obviamente debe ser molesta y grosera para el gobernante en funciones, por la precoz prisa mostrada por los polÃticos de su propio partido, y que es fomentada por los funcionarios en activo, y auspiciada por los columnistas afines.
Con motivo de la elección interna del Partido Acción Nacional en la renovación de su liderazgo nacional, ya se da como un hecho que un miembro del clan Yunes Linares-Márquez será el nominado candidato a la gubernatura por los azules veracruzanos que, con los recientes estudios de opinión se les otorga mayores posibilidades de ser los triunfadores en los próximos comicios estatales.
El problema de los polÃticos veracruzanos es que no son para nada discretos, les encanta presumir la cercanÃa con el poder. Se jactan de tener la información privilegiada y con sus simples deducciones las dan como hechos irreversibles. No ocultan su petulancia y nunca reconocen con humildad el desconocimiento de una ciencia tan variable como compleja que es la polÃtica.
No obstante, los numerosos polÃticos adelantados para llegar a la gubernatura, antes hay que pasar la gran prueba federal del 2015 y, lo que suceda en esta elección definirá el cambio del futuro gobernador. Los ochenta años en el poder del PRI en el estado de Veracruz, se están convirtiendo en una pesada lápida muy difÃcil de sacudir por los resultados obtenidos durante estas ocho décadas.
Ya los compromisos y ofrecimientos incumplidos no son aceptados por el largo tiempo transcurrido y no pasan ninguna prueba.
No hay quien les crea ante la cruda realidad actual, nadie admite otros embustes por más aderezos que le agreguen a las engañosas promesas.
La palabra del funcionario perdió en el presente su valor. Ya nadie les cree.
Lo ocurrido el pasado domingo con la designación de Gustavo Madero y por ende el encumbramiento de los Yunes Linares-Márquez en el panorama polÃtico local tendrá su repercusión inmediata. A nivel estatal los cambios se avecinan en el comité y sus lÃderes Cambranis, Bueno Torio y RementerÃa encontrarán el obligado congelamiento por su equÃvoco en la candidatura nacional de su viejo partido. En las esferas nacionales, el grupo ganador sabe manejar en los cÃrculos oficiales sus particulares intereses polÃticos y aprovecharán la ocasión para exhibir toda clase de serios problemas y deficiencias gubernamentales tanto del reciente pasado como del difÃcil presente. Lo malo será magnificado, lo bueno lo esfumarán.
Lo negativo en este tipo de noticias es que son la que encuentran un mayor eco. Aunado con la penosa simulación con la que equivocadamente prometen e intentan orientar a los medios. Se olvidan que este oficio es de adultos.