Amadeo Flores Espinoza dejó la Procuraduría General de Justicia y no por falta de capacidad, sino desgastando, orillado por las circunstancias que lo obligaron a salir al paso con investigaciones apresuradas -por órdenes superiores- que respondían a una medida desesperada, es decir a un hecho mediático y no a una actuación apegada a justicia o derecho. El error de este gobierno, como lo hemos reiterado, ha sido tratar de maquillar la realidad con mentiras, en lugar de aceptar la situación e implementar las medidas necesarias para mejorar.

Dos procuradores en lo que va de la administración del Gobernador Javier Duarte de Ochoa y ambos orillados a renunciar por el mismo motivo, una errónea política de imagen pública, que vulnera y exhibe a los encargados de la dependencia como ignorantes o poco conocedores del derecho. Un procurador jamás tiene que ser lanzado a declarar en un afán mediático y expuesto, a la razonable, critica.

Un hombre encargado de procurar justicia, no puede ser convertido en el primero en violar las leyes, al ser lanzado, a vulnerar el primer principio que toda investigación tiene que guardar, que es la secrecía, en segundo término como pueden exhibirse a los presuntos culpables, como homicidas, violadores, secuestradores, ladrones, etc, sin una averiguación o carpeta de investigación agotada y aún más sin una sentencia que los señale como directamente responsables.

Y así podríamos enumerar interminables desatinos; el afán de ocultar la realidad y una lamentable y excedida política de comunicación social, han sido el origen de la salida de dos procuradores en el gobierno de Duarte que lo exhiben y lo vulneran y al final a quien hacen daño es al Gobernador. Si tanta hambre existe de salir a dar resultados, como sí una investigación fuera un chiste, pues que sean otros los que se exhiban pero no a un Gobernador y a un Procurador.

El remedio para que el próximo procurador se mantenga, de aquí al cierre de la administración, es que le dejen hacer su trabajo, la procuración de justicia no es política y menos una vocería como para anticiparse a una investigación e inventar culpables, fabricar pruebas y todo ello, con el único afán de una hambrienta necesidad de mostrar resultados; para ser eficaces tendrían que respetársele, a cada investigación, sus tiempos y sus procesos.

Así es que el nuevo Procurador ¡o exige ser tratado como una persona conocedora de las leyes y que se respete su investidura o una vez más será lanzado a leer comunicados con historias inventadas que tarde o temprano, como en los dos últimos casos, lo derrumbaran!.

Ayer el, por ahora, encargado de despacho de la procuraduría, Luis Ángel Bravo Contreras, fue abordado por comunicadores en palacio de gobierno tras salir de las oficinas de quien aún funge como coordinadora de Comunicación Social del Gobierno estatal, y ahí comentó que está dispuesto a tomar en sus manos “la bomba de tiempo” “que dicen es esa dependencia” y aclaró que no tiene ninguna averiguación abierta en su contra.

“Es una institución de mucha seriedad, muy delicada, pero sin embargo, atendiéndolo con perfiles adecuados y con muchas ganas, mucha pasión, mucha entrega, cualquier reto es salvable. Yo estaría dispuesto a servirle a mi estado”, dijo Bravo Contreras aún tal vez desconociendo o evadiendo, el problema; no ha sido por falta de perfiles adecuados o ganas, sino por la ignorancia de los colaboradores del Gobernador al utilizar la figura del Procurador como sí se tratará de un vocero ansioso de revelar una investigación.

Mientras tanto, el mandatario Javier Duarte de Ochoa esperará el protocolo, donde la LXIII Legislatura del Estado de Veracruz le apruebe la propuesta del ex titular del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) como tercer Procurador General.
(@magzamu)