Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
El gobierno de Veracruz y los cambios por venir
2014-02-17 | 10:20:49
• “Un grito desesperado para que nos vean”
“No somos un invento, ni somos improvisados, tampoco actuamos por capricho”, ha acotado Ramón Vázquez González, líder del Movimiento Indígena Liberal Popular y Autónomo de Zongolica (MILPAZ) y quien ha impulsado un grupo de autodefensa en aquella región.
Hace algunos días se reunió con el secretario de Gobierno de Veracruz, Erick Lagos Hernández, quien no se había tomado el tiempo de escucharlos porque significaba reconocerlos y el gobierno estaba empeñado en negarlo.
Ramón precisa que aunque no son una autodefensa como la de Michoacán, son un grupo cansado de la inseguridad y de la falta de apoyo del gobierno, por ello en la respuesta de las autoridades estará la decisión sobre desistir en la autodefensa o continuar; y así esperan que en menos de dos meses se empiece a dar muestras claras del interés de atender las demandas, que ya hicieron personalmente al secretario de Gobierno.
Relata que tras la reunión dialogaron también, vía telefónica, con el gobernador Javier Duarte y el titular de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez. “Nuestro grito fue una manifestación de advertencia”, dijo Ramón Vázquez. Sin duda, este caso es un ejemplo más de lo que se requiere en la entidad, es decir, diálogo, negociación, etc, etc.
Veracruz esta sediento de ser escuchado y atendido, de ser tomado en cuenta y no marginado, ha faltado empatía desde un inicio y ello empieza a mostrar sus consecuencias.
Las causas de la desatención, el olvido y la poca importancia que un gobierno da a su pueblo, se reflejan en hechos, como el aquí citado, un grupo pretendiendo erigirse en autodefensa, para así ser volteados a ver. Lo lamentable es que no puede Veracruz convertirse en un estado sin defensa, que salga a reclamar y a exigir para que entonces sí los vean y los perciban.
Conforme se acerca el quinto año de gobierno de Javier Duarte, se muestra preocupado, porque sabe que se ha equivocado y muchas veces, por seguir los catastróficos consejos de sus colaboradores, ahora busca nuevamente alianzas, acercarse de quienes equivocadamente se alejo y dejar de escuchar a quienes solo lo adulan, porque de ellos no se puede esperar nada bueno y lo sabe.
Es difícil para un gobernante entender que los colaboradores eficientes son quienes le exponen la realidad y los errores que se cometen y no quienes pretenden ocultarla y aplaudirle sus errores como sí solo gobernara para un sector de la población. La denominada autodefensa de la sierra de zongolica dio muestras de lo que provoca el olvido y el desinterés.
No se pueden esperar mil autodefensas para escuchar a los gobernados y en ese camino por remediar y remover funcionarios, lo más importante será un cambio de actitud y de aptitud, un verdadero interés por reconocer lo que se tiene que corregir y atender sin pretender minimizar o ocultar la realidad de Veracruz, porque ello solo enfurece a la población que con frustración observa un gobierno de mentiras y de ficciones.
Mientras tanto, la renuncia del Procurador de Veracruz ya está puesta en la mesa, cansado también de prestarse a un juego, donde por sed de credibilidad e imagen pública se juega con la justicia y se incurre en omisiones que cualquier conocedor del derecho sabe que se trata de detenciones ilegales, investigaciones apresuradas y desesperadas, que muestran un estado de derecho a modo.
Los cambios no serán nunca cambios para bien, si no se cambia de aptitud y actitud.

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