Estaba contento el exdiputado Julio Saldaña Morán al salir de su entrevista en la ciudad de México, con el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano. Lo que trataron el exlegislador panista y el jefe del partido del Sol Azteca, lo guardó en un misterioso silencio, pero resulta obvio que estuvo relacionado con los proyectos políticos en Veracruz y la lamentable calidad moral de los actuales dirigentes estatales.
Como tú entenderás, no pienso en regresar al PAN.
Mi proyecto es con la izquierda y como están las cosas en el estado, lo mejor es seguir en un partido de oposición.
Posiblemente desconozca Julio Saldaña, que existe una fuerte corriente en el perredismo que está en contra de Los Chuchos de Zambrano, Ortega y Navarrete, por haberle quitado credibilidad a la izquierda por su acercamiento con el gobierno de Peña Nieto.
La situación está, si acepta el liderazgo el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas o se van los perredistas con Marcelo Ebrard. Ambos personaje identificados con Andrés Manuel López Obrador, el enemigo número uno de los Chuchos. Julio Saldaña se puede colar en cualquiera de estas nuevas corrientes.
Tema obligado es la grave situación económica y de seguridad que confronta el estado de Veracruz.
El problema principal que se maneja en los círculos políticos de esta ciudad capital, ya no es lo que se llevó el exgobernador Fidel Herrera, eso ya pasó, a segundo término, sino lo que dejó.

Ajeno a los “grillos”
Se desconocía el nivel académico del nuevo director de la CFE, Enrique Ochoa Reza. Tiene dos licenciaturas, una en Derecho en la UNAM y otra en Economía del ITAM. Cursó una maestría en la Universidad de Columbia y mantenía un bajo perfil en las esferas oficiales y completamente ajeno a las actividades políticas. Es maestro de Derecho Constitucional en la UNAM.
No es de los “grillos” priistas que se andan colando. Resultó difícil con su nuevo nombramiento encontrar una fotografía.

Malabarismos en Turismo
Ya nos les intriga a los hoteleros de la entidad, el arte de magia de los funcionarios estatales para desaparecer el 55 por ciento de los impuestos que aportan los turistas por concepto de hospedaje. Son cerca de 30 millones de pesos donde solo se conoce un destino, el del bolsillo.
De esa suma de dinero les regresaron a los hoteleros de Xalapa un millón 400 mil pesos. Para que los gasten en promociones ahora que va a ser la sede los Juegos Centroamericanos.
La explicación razonable que ha trascendido en los selectos círculos de esta industria sin chimeneas, sobre en qué se invierte ese recurso del dos por ciento en hospedaje, es en el moderno y lujoso tren de vida de los altos funcionarios de la Secretaría de Turismo.
Trabajar como burócrata tiene sus premios. Los viajes en primera clase, las comidas en restaurantes lujosos y las prendas de vestir de moda tienen su elevado costo. Y como dicen, como te ven te tratan.