En la historia de la entidad veracruzana, no había existido una situación tan adversa sobre las continuas acusaciones y denuncias presentadas en contra de servidores públicos, por desvíos y peculados de los dineros públicos.
Se ha convertido en el tema preferido de los diputados de oposición, exhibir a los funcionarios priistas como delincuentes en la falta de transparencia de estos recursos, provenientes de los impuestos a los veracruzanos.
En el tablero del Congreso local figuran dos compañeros diputados, Raúl Zarrabal y Domingo Bahena, a los que sus colegas les exigen que pidan licencia para que sin la protección del fuero, puedan ejercer acciones legales sin importar colores y tendencias políticas.
El contralor Mauricio Audirac señaló que tienen los funcionarios estatales un lapso de tiempo para solventar las observaciones, y que será la propia Comisión de Vigilancia del Congreso quien emitirá el dictamen de inocencia o culpabilidad.
El cosamaloapeño Audirac Murillo marca los tiempos legales para inhabilitar al exsecretario de Comunicaciones, Raúl Zarrabal y, posteriormente para ejercer la acción penal, primero, tiene que haber el desafuero. Son los plazos que habitualmente se fijan las autoridades para negociar con los inculpados y en estos torcidos arreglos de tipo político, se sigue la norma priista de otorgar el perdón a cambio de complejos arreglos, o del reparto final del billete desaparecido.

Aprender a gastar

Es una norma que se sigue en varios países de Europa para aprender a gastar solo lo prioritario. Para ello y evitar erogaciones de artículos superfluos e innecesarios, las instituciones bancarias de Francia, ya no expiden ningún tipo de tarjetas de crédito sino solo de débito.
De esta manera, el gobierno galo protege el dinero de sus ciudadanos. Si solo se tiene un peso, pues solo se puede gastar un peso. De esta manera no hay sorpresas cuando llegan los estados de cuenta.

El católico Santa Claus

El secretario de Infraestructura y Obra Pública, Gerardo Buganza Salmerón, con el fin de ahorrarse los regalos navideños a los empleados de la dependencia estatal que maneja, decidió hacer una rifa con los numerosos obsequios que había recibido con motivo de los festejos de fin de año.
Los empleados de la SIOP pudieron constatar en este inesperado reparto los costosos presentes que recibía el titular de la dependencia. La única explicación que justificaba este derroche era la tradicional fórmula que tienen los dueños de las constructoras de quedar bien con el que reparte las obras.
Se olvidó el cordobés Buganza Salmerón, que la ley federal prohíbe a los servidores públicos recibir y aceptar este tipo de onerosos regalos, dejando establecida una especie de tarifa que señala claramente hasta qué margen del reducido precio pueden aceptarlos sin transigir la ley.
Por lo pronto, con esta espléndida donación a sus trabajadores, los que obtuvieron un regalo de esta rifa, el religioso secretario dejó a su conciencia un poco más tranquila.