Nada que ofrecer

Resulta absurdo que por falta de datos y de información fidedigna, el gobierno de los Estados Unidos haya incluido al estado de Veracruz en la lista negra de los lugares donde los turistas norteamericanos corren riesgo por el alto índice de hechos violentos.

El Departamento de Estado que extiende la alerta basado en el número de muertos por la guerra de las bandas del crimen organizado y la elevada estadística de secuestros dados a conocer por las propias autoridades federales mexicanas, se olvidó de consultar con la Secretaría de Turismo mexicana y la propia embajada estadunidense sobre el escaso número de norteamericanos que tienen como destino pasear por las playas o ciudades veracruzanas.

Hace unos días, una línea aérea que unía el puerto de Veracruz con la ciudad de Dallas en Texas, tuvo que retirarse y cancelar de manera definitiva sus vuelos por la falta de pasaje.

No tiene la entidad nada que ofrecer a los visitantes norteamericanos, ya el propio presidente de los hoteleros, el ingeniero Ezequiel Guzmán manifestó, que no se cuentan con instalaciones que ameriten las cinco estrellas o de gran turismo que equivocadamente presumen los hoteles de la zona del puerto y Boca del Río, mucho menos, otras ciudades como Xalapa, Córdoba, Coatzacoalcos y Tuxpan.

Si bien las playas veracruzanas no se destacan por su belleza natural y limpieza, tienen el problema del clima tan variante que no les puede garantizar que contarán con un sol brillante y temperaturas elevadas que buscan los turistas.

Cárcel a deudores de bancos

Hay que leer la letra chiquita de la reforma fiscal que envió el presidente Peña Nieto el pasado fin de semana, donde supuestamente su propósito era la de fomentar el crédito y resulta que se autoriza a los bancos nuevos medios de presión para recuperar sus créditos.

Dentro de las medidas figuran la retención de bienes, es decir, el secuestro de inmuebles y al arraigo de los deudores. Son maniobras legaloides, no obstante que la Constitución prohíbe la cárcel en cuanto a deudas de carácter civil.

La inflación de los priistas

Hay que reconocer que los gobiernos del PAN mantuvieron a la baja la tasa inflacionaria, situación muy diferente a los gobiernos del partido tricolor que durante las administraciones de Luis Echeverría y José López Portillo superaron los tres dígitos, es decir, que llegaron a más del cien por ciento.

Con Vicente Fox y Felipe Calderón, los registros no llegaron a un cuatro por ciento, se mantenían por debajo de esa cifra y así estaba programada con el gobierno de Enrique Peña Nieto, pero, al parecer regresó la costumbre priista de las tasas elevadas y en este mes de enero cuando apenas comienza el año, ya se araña el cinco por ciento, muy por arriba del tres por ciento que habían estimado.

Esta subida de precios ya lo registraron los bolsillos de los mexicanos al llegar al mercado y encontrarse que el jitomate, la cebolla y el chile tienen incrementos del 30 por ciento.

Por más propaganda oficialista que vamos bien y que la vida será más barata con las reformas aprobadas, resulta que los precios revelan todo lo contrario.