Luego de tomarles la protesta a los 212 comités municipales del programa “Adelante” en un cálido evento organizado en el World Trade Center de Boca del Río por la Secretaría de Desarrollo Social a cargo de Alberto Silva Ramos, la tarde de este miércoles 27, el gobernador Javier Duarte de Ochoa se enfiló hasta la fría ciudad de Perote, cuya temperatura ambiental registraba ese día 3 grados centígrados.
Además del munícipe tuxpeño con licencia, Duarte de Ochoa se hizo acompañar por su secretario particular Jorge Carvallo Delfín y el secretario general de Gobierno, Erick Lagos Hernández. A su comitiva incorporó también al exsenador sinaloense Enrique Jackson Ramírez, su asesor político.
Eran cerca de las 18:00 horas cuando el mandatario veracruzano arribó a la residencia de la familia Yunes Zorrilla, donde ya lo aguardaban el empresario José Yunes Suárez y su primogénito, el senador priista José Francisco Yunes Zorrilla, el mismo a quien hace un mes, el domingo 27 de octubre, el jefe del Ejecutivo del estado distinguió y elogió públicamente en otra comida realizada en la Casa Veracruz a la que asistieron también los miembros de su gabinete, así como los 111 alcaldes electos y los 36 diputados locales del PRI, PVEM, Nueva Alianza y Alternativa Veracruzana que estaban por entrar en funciones.
Ni en la comida ni en la prolongada sobremesa hubo una sola alusión directa al relevo gubernamental de 2016, para el cual son mencionados como prospectos naturales del PRI el senador Yunes Zorrilla y los secretarios de despacho que acompañaron a Duarte.
En cambio menudearon las anécdotas y relatos de vivencias familiares y de camaradería que hicieron resaltar los fuertes lazos de amistad que existen desde hace años entre la familia paterna del gobernador y sus anfitriones de Perote, así como entre él y sus colaboradores y compañeros de proyecto político, cuya sobrevivencia generacional dependerá de la unidad que logren construir y afianzar en la segunda mitad del sexenio para resistir aliados la embestida que vienen cocinando las dirigencias nacionales del PAN y PRD a través de una reforma electoral centralista que pretende controlar desde el nuevo Instituto Nacional de Elecciones a los órganos y procesos electorales locales.
Sin embargo, como en política la forma también es fondo, lo que llamó la atención fue que el gobernador Duarte pusiera al descubierto la sintonía política que mantiene actualmente con el excoordinador de su campaña electoral de 2010, al revelar, por ejemplo, los detalles de cómo fue que finalmente el peroteño ganó la presidencia de la codiciada Comisión de Hacienda del Senado de la República al hidalguense David Penchyna, también priista, quien era impulsado no solo por el coordinador del grupo legislativo del PRI, Emilio Gamboa Patrón, sino también por su paisano y poderoso secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Pero a Penchyna no le fue finalmente mal porque entonces fue aprovechada esta coyuntura para que presidiera la Comisión de Energía, a la cual aspiraba el dirigente nacional del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps, cuya designación hubiera entorpecido las negociaciones con la oposición para sacar la reforma energética que está por ser aprobada.
En síntesis, el gobernador Duarte hizo sentir que con Pepe Yunes ganó un operador eficaz y aliado leal en el Senado de la República que no ha buscado servirse en lo personal sino servir a su gobierno y a los veracruzanos como interlocutor ante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, tal como el peroteño se lo expresó al jefe del Ejecutivo federal cuando el mexiquense le llamó telefónicamente para felicitarlo tras la aprobación de la reforma hacendaria en la Cámara alta del Congreso de la Unión.
Y es que Javier Duarte sabe que Yunes Zorrilla, a diferencia de otros desesperados aspirantes a la gubernatura, no aprovechó las crisis políticas de la elección local de julio de este año y de la reciente movilización magisterial para zopilotearlo. Y esa lealtad, como la que le manifestó también el joven político de Perote en la sucesión estatal de 2010, tarde o temprano el gobernador estará obligado a corresponderla si en 2016 los astros se alinean a favor de su amigo y aliado. Al tiempo.