Un dialogo aniquilado “te quitas o te quitamos”
La característica de un gobierno rebasado, incompetente e improvisado se observa en la debilidad para actuar, cometiendo así error tras error y sí a ello sumamos la soberbia que les hace perder el juicio, al no prestar atención a lo que ocurre, creyendo o trasladándose a un escenario no existente: “aquí todo está bien y no pasa nada”.
Encontrarnos con un gobierno que justifica las agresiones o la fuerza pública para tratar de poner “orden” sería tanto como justificar la violencia en los hogares de familias mexicanas, entonces un poder ejecutivo que actúa así, tendría que eliminar de su estructura los programas contra la violencia, con la consigna de “si no hace lo que usted quiere, exige ser escuchada, o pide se le consideren sus derechos, péguele, será la única forma de que le obedezca y así usted mostrará su poder, dando inobjetables señales de quien manda en esa casa”.
¿Se imagina? Lo más terrible es que para allá se encaminan; que lejanos han quedado aquellos tiempos en los que el dialogo, la negociación y la concertación eran lo primero, siendo días y noches sentados en una mesa llegando a acuerdos en beneficio de todos, donde no solo estaban los auxiliares sino el propio Gobernador, el Secretario de Gobierno y por lo tanto gran parte de miembros del gabinete, acompañados de café y más café que evitara el sueño porque había que escuchar al pueblo.
Ahora se le llama dialogo a llegar rodeados de policías, intimidando y decir “se quitan o si no haremos uso de la fuerza pública; se quitan o se los va a cargar la chingada; se quitan o los quitamos” ¿eso es dialogo? Y así está actuando el Gobierno de Veracruz; extraño es el papel que juega Erick Lagos Hernández como encargado de la política interna quien pareciera encontrarse pasmado o maniatado, convertido solo en una figura decorativa.
Un dialogo real es invitarlos a pasar a la casa del pueblo, que es Palacio de Gobierno, la sede del Poder Ejecutivo que no es de uno, ni de dos, ni de 100, es de todos los veracruzanos –hoy prácticamente acuartelado- y entonces escucharlos, sentir su pesar y tratar de buscar las mejores medidas, acciones y decisiones que afecten sino es que a nadie, al menos, al mejor número de ciudadanos posible.
O bien llegar hasta el lugar donde se encuentran y conformar mesas de diálogo que permitan la misma interacción –escuchar al pueblo- porque para eso fueron elegidos, para gobernar escuchando a la ciudadanía. No equivoquen el camino, no se gobierna contra el pueblo, se tiene que gobernar para ellos.
Lo ocurrido la noche de ayer, con los cañeros, sino se asemeja a lo acontecido aquella madrugada del 14 de febrero en Xalapa, al menos si se acerca, considerando que se tomo en consideración la misma estrategia –un dialogo que nunca inicio- y que se limito a pedirles su retiro o se usaría la fuerza del estado. Se hizo uso de gases lacrimógenos, apostando al miedo para “poner orden” y así en un operativo de la Policía estatal, apoyada, se dice, por elementos del Ejército , fue “liberada” la autopista Córdoba-Veracruz después de que organizaciones de productores cañeros la mantuvieron bloqueada por días, en el tramo Rancho Trejo, a la altura del municipio de Amatlán.
Cerca de las 18:00, la tensión aumentó al no acceder los cañeros a la petición de de retirarse del lugar y así cerca de las 20:15 horas, una vez caída la noche, con la oscuridad de su lado, llegaron los granaderos lanzando bombas de gas lacrimógeno.
No se puede seguir así, el dialogo no se debe limitar a un “te quitas o te quitamos” y entonces darse la vuelta y comenzar a lesionar a un pueblo ya de por si lastimado. Un gobierno que privilegia la “Ley del Garrote” o que utiliza la violencia para intimidar y quitarse así de encima los problemas, sin duda refleja una incapacidad total para gobernar, dialogar, concertar y negociar, echando abajo así la premisa fundamental de GOBERNAR PARA EL PUEBLO Y NO CONTRA ÉL. @magzamu