Algunos son condenados por su pasado
Obligados a demostrar capacidad y lealtad
EN LA LÍNEA. Renovarse o morir en el duartismo
Seguramente con los cambios que se avizoran en la administración estatal, el gobernador Javier Duarte pretende demostrar capacidad de estratega política con decisiones. Para algunos ya se había tardado.
En más de una ocasión lo ha dicho, coloquialmente, “los gobernantes nos debemos al pueblo, a los ciudadanos. Ellos nos brindaron su confianza y a ellos debemos responder”. De darse los ajustes que se han venido cantando, Duarte estará llevando a su gobierno, nuevos bríos con nuevas caras y funciones.
Si fueran las piezas que ya se comentan no está por demás echar un vistazo al desempeño y algunos antecedentes de estos que deberán corregir o cargarán con ellos en sus nuevas encomiendas:
Erick Lagos, quien a pesar de los logros en las pasadas elecciones debió enfrentar serios reclamos de algunos de los militantes y grupos internos que movieron para salvaguardar sus intereses algunas revueltas en su contra.
El hecho es que de todo esto pareció salir bien librado y haya sido una carta más a su favor para ascender al puesto que tanto ha deseado, y que es la secretaría de Gobierno, sabedor del control político que esto significa y de las posibilidades que tiene al ubicarse automáticamente en forma natural como uno de los aspirantes a pelear por la silla en el 2016. Algo en lo que no deberá centrarse si no quiere perder el piso.
Marlon Ramírez regresa a la silla que dejó. Pues una vez que salió del cargo en abril del 2010 Francisco Portilla para buscar la alcaldía de Córdoba, Marlon ocupó la subsecretaría de Gobierno, en donde se desempeñaba ya como director de Política Regional.
Marlon lejos de ser conciliador es un intolerante, prueba de ello es cuando inició las denuncias contra los campesinos que exigían apoyos en las oficinas de la secretaría de Finanzas en septiembre del 2009.
O como en meses anteriores cuando fue descubierto que el entonces director firmaba minutas de trabajo, amparado o encubierto por personal de la Subsecretaría de Gobierno en la zona Orizaba-Zongolica donde según resolvía casos como el de los habitantes de La Balastrera que pedían apoyos para la restitución de sus hogares. El engaño hizo que pronto se plantaran en la Plaza Lerdo.
Especialista en darle la vuelta a los conflictos en octubre del 2009, acusó a una estudiante que protestaba por no darle un espacio en la Universidad Veracruzana de ser manipulada y que había intereses políticos atrás de ella.
Es decir, sus herramientas de diálogo, concertación, mediador y apaciguador, son en cambio, la amenaza de encarcelamiento, las denuncias y etiquetar siempre intereses ocultos atrás de los conflictos como su mejor salida.
La alcaldesa de Veracruz, Carolina Gudiño lo sabe perfectamente. Y que decir del inmolado en plaza Lerdo, Ramiro Guillén Tapia, esa es otra historia.
El que irá Finanzas, Charleston Hernández es quizá uno de los que tienen menos cola que le pisen, ya fue subsecretario de Finanzas en 2008 a 2010, y su mayor mérito a la confianza de quien gobierno el estado, es su trayectoria educativa y profesional, seguramente avalada en el primer plano por su compañera de estudios durante los tres o cuatro niveles de enseñanza, la primera dama de Veracruz, Karime Macías de Duarte.
De Alberto Silva ya ni hablar. Se ha dicho casi todo. Solo falta que el diga si es verdad o mentira. Y desmienta las presuntas fichas en su contra en la PGR o quizá hasta en la DEA. Quizá todo eso se deje atrás con su desempeño.
El que deberá andar con pie de plomo es el futuro Contralor del Estado Mauricio Audirac Murillo. De quien se considera ha hecho una inmensa fortuna gracias a las auditorías pero no privadas que fuera su trabajo inicial, sino a los millones de pesos que según las versiones de algunos ex diputados locales, se tenían que pagar para que en su calidad de titular del Orfis no procediera contra los ex alcaldes en problemas por desvíos de recursos y malversación.
Como una pequeñísima muestra está el lujoso edificio en el corazón de la zona conurbana donde alberga su despacho.
Marcelo Montiel por ejemplo irá al PRI estatal porque demostró un control total en la zona sur, y que cuando quiere hacer a un lado grillas y golpes bajos puede ayudar mucho a su partido. Donde si fracasó fue en Alvarado pues a pesar de un descarado apoyo al candidato del tricolor, David García Luna perdió en sus deseos de que el PRI se alzara con el triunfo.
En fin tocará a estos personajes demostrar que en sus nuevos roles de administración pública pueden dejar atrás los antecedentes que no les favorecen y sumarse al proceso, como dijeran los italianos, de aggiornamento, actualización, renovación, y puesta al día, para servir mejor a los veracruzanos
en la línea
Para continuar con el tema, todo parece indicar que el ejecutivo estatal se ha apegado a la premisa de que es necesario renovarse para mejorar, o que es casi lo mismo renovarse o morir.
Y es que el propio mandatario está evaluando resultados y, principalmente, revisando perfiles profesionales de quienes podrían ocupar algunos puestos que son claves para llevar a más veracruzanos a un mejor desarrollo. Por ello han saltado ya los nombres enlistados para distintos cargos.
Se trata, en todo caso, de cambios naturales en las administraciones públicas. Aunque también pueden influir los resultados de las pasadas elecciones.
El mandatario no ha querido soltar prenda en ese sentido, pero es bien sabido por todos que pronto habrá cambios en el Gabinete.
Y estos cambios, por cierto deben confirmar que se dan para optimizar todas las áreas, y de no ser así, de quienes no brinden resultados pronto se sabrá.
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