Por Catón
Columna: De política y cosas peores
¡Sorpresas!
2013-07-18 | 22:22:30
En las noches de bodas suceden cosas impensadas. Casos ha habido en los modernos tiempos, en los cuales el novio descubre con sorpresa que su flamante mujercita era virgen, doncella, señorita. Casó Bill Gates, el presidente de Microsoft, y es fama que en su noche nupcial su desposada lo vio por primera vez al natural y exclamó con acento divertido: “¡Mira! ¡Micro!”. Y añadió luego, igualmente festiva: “¡Y soft!”.
Cuando Meñico Maldotado contrajo matrimonio, su dulcinea lo miró sin ropa y dijo: “Tu mamá me comentó que tenías cosas de niño, pero no pensé que se refería a éstas”.
Otro joven varón que también padecía de indigencia en la alusiva parte, hubo de oír de su novia el siguiente reproche, al parecer fundado: “Está bien que el país se halla en crisis, Diminucio, pero tú exageras”.
La doctora Joyce Brothers solía decir que el tamaño de la herramienta no importa, con tal de que haga la tarea bien. Cuestión de opiniones. A diez mujeres se les preguntó qué preferían en los hombres, si muslos gruesos o muslos delgados. Las diez respondieron que preferían más bien lo intermedio. Ninguna hizo alusión a pulgaradas. Como apuntaba cierta fémina bastante sabidora: “Lo que importa es la tenida, no la medida”…
Un inesperado -y por algunos muy esperado- repunte tuvo el PAN en mi natal Coahuila. Liquidada en el estado la época del carro completo para el PRI, Acción Nacional ganó ciudades importantes, sobre todo Saltillo, donde el triunfo de Isidro López Villarreal, joven empresario de prestigio, pero sin experiencia política, sorprendió a muchos por el amplio margen con que fue elegido. En Torreón, plaza que los priistas han mostrado para balancear su vencimiento en la capital, el PRI tampoco anduvo muy afortunado: su apurada victoria, objeto de impugnación por el PAN, habría sido derrota, de no haber recibido los priistas los votos de sus coaligados. Sin ellos el partido tricolor habría perdido la elección, pues el partido blanquiazul recibió mayor votación que la que por sí solo pudo allegarse el PRI.
El panorama, pues, se presenta difícil para los priistas, y más complicado se pondrá si en el proceso electoral intermedio pierden el control del Congreso local. Quedaría abierto entonces el camino para un eventual triunfo de Acción Nacional en la siguiente elección de gobernador, cosa que hace apenas unos cuantos meses habría parecido sueño guajiro, pero que ahora comienza a tener visos de mal sueño para el PRI. En ese contexto la nueva figura del PAN, Isidro López, empieza a verse como una opción para los coahuilenses, dependiendo, claro, de su desempeño en la alcaldía. Desde luego para esto falta mucho tiempo. Pero queda muy poco tiempo ya…
Doña Panoplia de Altopedo, señora de buena sociedad, presidenta del Club de Damas, organizó una visita al zoológico de la ciudad. El encargado les mostró a las visitantes algunos de los animales que más llamaban la atención del público. Las llevó a donde estaba el elefante. “Este paquidermo –les dijo- es el animal terrestre más grande que existe”. En seguida, dirigiéndose a doña Panoplia, le pidió: “Señora, por favor no se ponga atrás del elefante”. Prosiguió: “Es increíble la cantidad de alimentos que come este gigante de la naturaleza”. Volvió a dirigirse a doña Panoplia: “Señora, le suplico que se quite de atrás del elefante”.
Siguió con su explicación el hombre: “Nuestro elefante, por ejemplo, consume cerca de media tonelada de hierba cada día”. De nueva cuenta se dirigió el guía a doña Panoplia. “Señora: el sitio donde está usted, atrás del elefante, no es seguro”. Añadió a continuación el encargado: “A más de hierba este elefante se come diariamente 200 plátanos, 300 manzanas, 400 mangos, 100 papayas y…”. Otra vez se vuelve hacia doña Panoplia: “Señora; quítese usted de atrás del elefante porque…”. Y dice enseguida, consternado: “Demasiado tarde. Gaudencio, trae la pala, a ver si puedes sacar a la señora”…
Doña Chalina Hurguete, amiga de averiguar vidas ajenas, estaba viendo la tele en la sala de su casa. Su esposo miraba pasar la vida a través del cristal de la ventana, como León Felipe. De pronto el señor dijo: “Ahí va el tipo ése que se está tirando a la vecina”. No había terminado aún de decir esas palabras cuando doña Chalina estaba ya en la ventana. Vio al hombre que pasaba y dijo con disgusto: “¡Pero si ese tipo que dices es el esposo de la vecina!”. Le preguntó, calmoso, su marido: “¿Y acaso no se la está tirando?”… FIN.

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