Por Catón
Columna: De Política y Cosas Peores
Tan rico y tan pobre
2013-07-11 | 11:19:13
El indio piel roja Bighorns se presentó ante el juez de la reservación. Le dijo: “Yo querer divorciarme de mi esposa’’. Preguntó el juzgador: “¿Por qué?”. Responde Bighorns: “Si yo sembrar maíz, y salir maíz, no haber problema. Si sembrar calabazas, y salir calabazas, no haber problema. Pero si sembrar indio piel roja y salir niño cara pálida, entonces yo querer divorciarme de mi esposa”...
Frase de Babalucas, el pavitonto mayor de la comarca: “La Luna es más útil que el Sol. Sale de noche y nos alumbra. En cambio el Sol sale de día, cuando estamos a plena luz ‘’...
Rosilita fue de compras al súper con su tía Himenia, madura señorita soltera. “Tía –le preguntó-. ¿Por qué algunos huevos tienen la cáscara muy blanca, y otros son un poco rojos?’’. Respondió la señorita Himenia algo turbada: “Es que seguramente las gallinas que pusieron los huevos rojos son decentes, y se ruborizaron al ponerlos’’...
Bucolia, pizpireta zagala campesina, fue por primera vez a la ciudad, y vio en la calle a un grupo de religiosas que iban con sus hábitos negros. Le preguntó a la amiga que la acompañaba, muchacha citadina: “¿Quiénes son esas mujeres?’’. “Son religiosas -le explicó la otra-. Han renunciado al amor de los hombres’’. “¡Pobrecitas! –se compadeció Bucolia-. ¡Con razón visten de luto!’’...
Pepito pronunció una expresión de muy grueso calibre, y su maestra del jardín de niños lo escuchó. “Pepito -lo amonestó, severa-, no digas nunca esa palabra. Es mala’’. “Mi papá la dice’’ -se defendió el chiquillo. “Tu papá es persona grande -replicó la maestra-. Tú no sabes ni siquiera lo que esa palabra significa’’. “Sí sé -afirmó Pepito-. Significa que el coche no quiere arrancar’’...
Oaxaca. ¡Qué estado tan rico! Oaxaca. ¡Qué estado tan pobre! Pocos lugares hay en México –y el mundo- tan llenos de riquezas hechas por Dios y salidas de manos de los hombres, y pocos sitios hay también tan empobrecidos y agobiados por toda suerte de problemas que al parecer no tendrán nunca solución. Gabino Cué representó una esperanza. Era un hombre bueno que en poco tiempo se convirtió en un buen hombre incapaz de hacer frente a las dificultades que le plantea la erizada situación de su estado.
Los oaxaqueños se quejan de falta de autoridad, de ausencia de energía ante la arrogancia de los eternos provocadores del caos. Los mal llamados maestros de la CNTE tienen en sus manos al gobernador, y hacen con él lo que les da la gana. Lo mismo hacen los líderes de los grupos violentos que un día sí y otro también dañan con sus excesos y desplantes la vida de la comunidad. Muchos oaxaqueños pensaron que la llegada de Gabino Cué al cargo de gobernador, y los acuerdos que estableció con las diversas fuerzas políticas, traerían consigo cambios radicales en bien de la entidad. Ahora piensan que se equivocaron y que las cosas siguen igual que cuando estaba Ulises Ruiz. Oaxaca merece un destino mejor, pero eso solo podrá ser obra de los oaxaqueños. Una mayor participación de los ciudadanos haría que la autoridad se decidiera por fin a imponerse sobre la anarquía…
Celiberia Sinvarón, célibe doncella, le dijo a Solicia Sinpitier, señorita soltera también: “La policía está haciendo una advertencia: sujetos de mal vivir entran en las casas donde viven mujeres solas, se esconden abajo de la cama y por la noche salen y las violan’’. “¡Ah! -exclama con gran animación Solicia-. ¡Entonces voy a comprar camas gemelas! ¡Así duplicaré mis posibilidades!’’...
Un señor viajaba en un pequeño avión privado. De pronto los motores de la nave empezaron a fallar. “¡Rápido! -le dijo el piloto-. ¡Póngase este paracaídas! ¡El avión se va a estrellar! ¡Debemos saltar para salvarnos!’’. “¡Oiga! –exclamó, aterrado, el pasajero-. ¡Jamás he saltado en paracaídas! ¡No sé qué debo hacer para que se abra!’’. El piloto le indicó al tiempo que se lanzaba al vacío: “¡Salte, cuente hasta diez y luego estire la anilla!’’. El pasajero, espantado, hizo lo que el piloto le había dicho. No sucedió nada: el paracaídas no se abrió. El infeliz iba cayendo a velocidad vertiginosa. En eso se cruzó con un tipo que iba a igual velocidad ¡pero hacia arriba! “¡Oiga! -le gritó al cruzarse con él-. ¿Sabe cómo se abre un paracaídas?’’. “¡Qué voy a saber! –respondió el otro-. ¡No sé ni cómo se enciende un calentador!’’...
El oso panda trataba inútilmente de convencer a la osa de que accediera a sus demandas amorosas. La hembra se negaba. Desesperado ya, el oso esgrimió un último argumento: “Ándale, Pandolfa. ¿No ves que estamos en vías de extinción?... FIN.

Mirador
Armando Fuente Aguirre

Jean Cusset, ateo con excepción de las veces que va a recoger el resultado de sus análisis de laboratorio, dio otro sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:
-Ya casi no se oye hablar del Juicio Final. Yo creo saber cómo será. Sonarán las trompetas, y tal, pero cuando el Señor nos tenga a todos reunidos, temblando porque se van a conocer nuestros pecados, nos dirá con voz de padre que perdona: “Siempre no va a haber Juicio Final, hijitos. Todo comenzará de nuevo. Vamos a darnos una segunda oportunidad. Todos seremos más buenos. Yo ya no les hablaré del infierno, y ustedes se portarán mejor. Vamos; empecemos juntos otra vez”.
Así dijo Jean Cusset. Dio el último sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre-, y luego pidió otro.
¡Hasta mañana!...

Manganitas
AFA

“… Escasea el agua en muchas ciudades…”.
Rascándose la cabeza
un borrachín comentó:
“Una cosa pido yo:
que no falte la cerveza”.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018