Con esto del adelantado anuncio en los Estados Unidos de la captura del capo Miguel Ángel Treviño, alias el Z-40, adquiere vigencia la carpeta confidencial que hizo llegar el exgobernador Fidel Herrera Beltrán donde da a conocer la estrategia que siguió el PAN para afectar su imagen y ligarlo con el crimen organizado.
En ella se decía: A pesar de sus múltiples errores políticos, de la desviación de recursos públicos y de la corrupción que impera en el estado, las encuestas revelaban en sus tiempos que Fidel Herrera Beltrán había sido el gobernador que mayor aceptación ha obtenido desde que se miden este tipo de datos.
La estrategia que se siguió en contra del político de Nopaltepec fue la siguiente: Una campaña para bajarlo de la nube de popularidad, sería aprovechando que el tema de mayor impacto mediático en México es la inseguridad. La percepción de que altos funcionarios y gobernadores de los estados y alcaldes de los municipios tienen tratos con o pactos con los cárteles de la droga está muy arraigada entre la población. En este clima de miedo, amplificado por los medios, asociar a un gobernador con el narco y la corrupción, sólo requiere de un rumor sostenido por un hecho verídico, aunque no necesariamente demostrable.
La popularidad de Herrera Beltrán es obra de una plataforma mediática en la que se apoya. Hay que responderle en el mismo esquema. Para esparcir el rumor planteado, se requiere de un slogan que sea contundente y fácil de repetir por el público. Tomando en cuenta que los Zetas son grupo de delincuentes con mayor presencia en aquel momento en el sureste del país, se propone identificar a Fidel Herrera Beltrán como el Zeta Número 1, a fin de vincularlo como un delincuente y miembro de la mafia. No sabían que el Z-40 era más importante que el uno.
Para que el slogan sea creíble será necesario sembrarlo en las circunstancias más creíbles, en una actividad que la población asocia con facilidad a los Zetas: el secuestro. Una vez liberados los abducidos, el rumor sobre Fidel Herrera comenzará a extenderse por sí sólo. Además de sembrar zozobra entre la población, se alterará de manera inevitable la imagen del gobernador.
Pasaron los meses y el tiempo fue el mejor aliado para esfumar y terminar con la pesadilla que vivió el exgobernador Fidel Herrera en esta sucia estrategia de ligarlo con los hechos de violencia y la ola de secuestros seguida por sus tenaces opositores políticos.


La operación Ampudia
En una nueva variante sobre el tema del inicio de esta columna se da a conocer como desde la campaña para gobernador de Javier Duarte de Ochoa, el señor Enrique Ampudia Mello trabajaba para el PRI y de allí su designación actual como subsecretario de Gobierno. En una nota confidencial asegura Ampudia Mello que según sus amigos con los que ha trabajado le sugieren que no dejen de usar el tema de la inseguridad, bajo el criterio que es un asunto que brinca en las encuestas y la “gente no nota ninguna diferencia entre las responsabilidades de las instancias de gobierno.” Para efectos prácticos, lo que quiere la sociedad es paz y seguridad.
“Me dicen que el bombardeo informativo sobre secuestros, levantones y asesinatos del crimen organizado en otras entidades, hacen que la población se encuentra sensible y puede ser la oportunidad que estamos esperando para mejorar en las encuestas.”
“Si me autorizas, ponemos en operación todo como la otra vez, ya hable con nuestros amigos. Te mando parte de aquel expediente para que tengas la información y tomes la mejor decisión posible.”
Estas notas confidenciales de la columna fueron obtenidas de un portafolio olvidado en un taxi del puerto de Veracruz que pertenecía a la delegada del PAN Mariana Gómez del Campo, para operar en los comicios del 4 de lulio del 2010.