El triunfalismo avasalla.
Los ganadores de las pasadas elecciones pierden el piso. Hasta se olvidan del personal que trabajó al parejo con ellos. El triunfalismo personal los avasalla y se adjudican la victoria electoral como algo personal.
También ocurre este fenómeno de egocentrismo con los líderes nacionales y estatales de los partidos políticos. Gracias a ellos obtuvieron tantos distritos y el elevado número de presidencias municipales. Erick Lagos cree que tiene derecho a un ascenso como secretario de Gobierno, tal como lo afirma el periódico Reforma.
En el singular caso del panista Gustavo Madero se atribuye todos los triunfos que obtuvo en diversas entidades y hasta el del ayuntamiento de Boca del Río, lo toma como algo individual. Sobre todo porque el estatal Enrique Cambranis actuó como esquirol político en contra del clan de los Yunes.
El líder de los azules se adjudica como triunfos personales lo del reñido computo por la gubernatura de Baja California, como los de las capitales de Aguascalientes, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala. La alianza con el PRD a estas horas de compartir los trofeos electorales no existe y ve al líder Jesús Zambrano como su simple asistente sin ningún derecho a compartir la gloria y se siente como el nuevo caudillo que ya no piensa en el retiro sino con todo el derecho de reelegirse.
Lo mismo acontece con los gobernadores, así tenemos al de Puebla, Rafael Moreno Valle quien se considera el artífice de haber borrado al PRI en las pasadas elecciones, al igual que el de Sinaloa, Mario López Valdés y el de Oaxaca, Gabino Cue, quienes en su memoria ya no existen registros como fue que llegaron al poder por medio de una alianza partidista.


Premian a Ravelo.
El periodista veracruzano Ricardo Ravelo especializado en temas sobre el narcotráfico en México fue galardonado en España por el premio Rodolfo Walsh para obras literarias de no ficción.
Ricardo Ravelo se inició en la revista LLAVE que edita el corporativo Imagen del Golfo y se ha destacado por una bien documentada serie de reportajes sobre la compleja problemática de la lucha sobre drogas y el papel de los líderes de los cárteles de nuestro país.
Ricardo Ravelo es autor de varios libros sobre el mismo tema.

El “negocio” de las gasolineras.
Es un tema que acapara la atención de las últimas semanas referente al reparto de gasolineras que se realizó durante las administraciones de los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.
Como por arte de magia empezaron a surgir en la entidad veracruzana un gran número de estos expendios, ya sea en las principales avenidas de las ciudades más importantes como en la mayoría de las carreteras del estado.
Al lado de estas gasolineras han surgido toda clase de comercios de cadenas de pequeños supermercados y de restaurantes especializados en comida rápida.
Durante los dos sexenios panistas se repartieron cerca de ocho mil gasolineras entre cuates, amigos, políticos y hasta empresas trasnacionales.
¿Quiénes son realmente los dueños de estos negocios? Se habla de prestanombres de empresarios extranjeros y de conocidos políticos.
Con este brutal incremento se encuentra este negocio de ventas de hidrocarburos totalmente sobresaturados y la competencia en este tipo de empresas solo las separan unos cuantos metros, cuando había reglamentos que lo prohibían.
También de manera por demás extraña han dejado de registrarse detenciones de los grupos que se dedicaban a extraer estos hidrocarburos de manera ilegal de la gigantesca red de ductos existentes en la entidad.