Empezó la cuenta regresiva de los comicios estatales. Las encuestas que se han realizado hasta la fecha mueven y reubican a los candidatos, y de encontrarse algunos muy lejos del triunfo, se han ido cerrando los porcentajes.
Es un fenómeno que no se había registrado en el estado, donde candidatos sin posibilidades día a día crecen y se perfilan como triunfadores en esta jornada electoral, a unos cuantas fechas de resultar electos. Casos específicos como el de Sergio Pazos, aspirante a alcalde por Boca del Río que se postuló como ciudadano y le ha permitido un gran avance haciendo a un lado el emblema del PRI por las negativas consecuencias que encierran esos colores.
Julio Saldaña ha logrado el milagro que figure el PRD en esta zona conurbada donde el partido del sol azteca no existía.
Los partidos políticos han dejado de ser los factores que definían el triunfo. No obstante, sigue siendo el dinero en la compra de los votos uno de los factores de mayor importancia, lo que le otorga cierta ventaja al PRI, al igual que ocurriera con el PAN cuando estaba en el poder y podían utilizar los recursos públicos.
Es importante destacar el elevado número de entrevistados que se abstienen de comentar por quién van a votar, según las encuestas realizadas por la empresa Impulsos, que es la más reconocida a nivel estatal por la metodología científica que aplican y que ha comprobado en los últimos procesos electorales la certeza matemática de sus pronósticos. Los indecisos serán los que definirán el triunfo.

Campaña televisiva

Algo extraño ocurre en los noticiarios principales de Televisa a nivel nacional que conducen Carlos Loret de Mola y Joaquín López-Dóriga, al mencionar de manera continua los aspectos negativos de los políticos veracruzanos.
Es algo más que una campaña de desprestigio que al parecer proviene de ciertos ordenamientos que solo manejan los ejecutivos de dicha empresa, que no pueden negar que tienen línea que proviene de la Secretaría de Gobernación, cuyo titular es Miguel Ángel Osorio Chong.

La historia se repite

Lo publicamos en este espacio que habría cierta similitud en el quehacer gubernamental que impusiera durante su administración sexenal Carlos Salinas de Gortari con la del presidente Enrique Peña Nieto.
En los primeros meses encerró al poderoso líder nacional de los petroleros Joaquín Hernández Galicia, alias “La Quina” y así lo repitiera con la captura de la líder nacional de los maestros, la influyente Elba Esther Gordillo.
Fueron intocables ambos personajes en su tiempo.
La detención de Andrés Granier fue el primer aviso de lo que se avecina. La regla de oro en política es saber administrar los tiempos, y para Peña Nieto, el reposicionamiento de su gobierno debe hacer válido limpiar el reciente pasado. Si no lo hiciera pasaría a la historia como cómplice o encubridor. De alguna manera se es corresponsable del pasado para tener derecho a reclamar el futuro. El pretérito se asemeja al porvenir, lo que fue, es tanto afirmar lo que será.
Salinas de Gortari hizo renunciar a 17 gobernadores priistas en su tiempo como presidente del país. Peña Nieto empezó con los exgobernadores y podría rebasar el cabalístico 17 de la larga lista de exejecutivos estatales y gobernantes en funciones, cuyos integrantes forman una larga la lista como las antiguas cuerdas a las Islas Marías.
El mandatario mexicano pondrá en la balanza las acciones. Si no lo hiciera ahora, le tomaría más tiempo para llevar a cabo las reformas propuestas del Pacto por México. Si sigue con su tarea de encerrar a los peces gordos no solo se legitimaría como Jefe de la Nación, también se ganaría el reconocimiento de un pueblo que dejó hace tiempo de creer en su país.