El proceso electoral del pasado domingo, reflejó la apatía, la poca
credibilidad que existe respecto de las autoridades electorales y por
supuesto el hartazgo de la sociedad por los políticos de siempre y quizás el hecho más notorio, fue la negativa a participar en un proceso que consideraron antidemocrático, donde su sufragio no
sería respetado.
Xalapa se colocó, no solo internacional, sino mundial con una muestra más de hastió, como fue el lanzamiento del candigato
Morris.
Ese que solo proyectaba el sentir de casi el 70 por ciento de la población que no salió a sufragar el pasado 07 de julio en la entidad.
Increíble pero cierto, mucha gente salió a las calles a votar por el
candigato que sí estaba “dispuesto a acabar con toda las ratas”, colocando así a Morris, el peculiar candidato a la alcaldía xalapeña como la quinta fuerza política en la ciudad capital, después de
Movimiento Ciudadano y Alternativa Veracruzana.
A pesar del llamado insistente de las autoridades para que no
votaran por Morris, porque se anularía y pese al llamado de la
desacreditada presidenta del Instituto Electoral Veracruzano, Carolina Viveros García, el gato, logró el apoyo de los votantes.
Lo cierto es que el IEV se hizo el disimulado y solo hablo de votos
anulados, sin dar una cifra precisa de cuantos votos obtuvo el candigato Morris.
Con el 15.52 por ciento de los sufragios contabilizados, el Programa
de Resultados Electorales Preliminares del Instituto Electoral
Veracruzano, registraba mil 102 votos nulos a favor del peculiar aspirante a gobernar la capital veracruzana.
Unos cuantos lanzaban acusaciones sobre la ignorancia de quienes votarían por Morris, lo cierto es que la ciudadanía muestra un grado de apatía por los aún llamados procesos democráticos y las autoridades tienen que hacer algo para retomar el rumbo de la
credibilidad.
El candidato dio una muestra de lo que Xalapa y el estado de
Veracruz siente y si esto era un juego.
Entonces quiere decir que la ciudadanía considera los hoy en día, mal llamados procesos democráticos, como un circo, donde nada se toma en serio, porque sus sufragios tampoco son considerados en
cuenta.
Ejemplos hay muchos y sigue habiendo, los partidos suelen no respetar la voluntad del pueblo, entre ellos se pelean el poder, y ocurre con frecuencia.
Este último es si acaso uno de los procesos electorales locales mas
atropellados, con vidas que lamentar.
Hechos de inseguridad, balaceras, secuestros, amenazas, intimidaciones, acarreos, compra de votos y una campaña negra de
descalificaciones.
Además de un excesivo derroche de recursos de parte de los
candidatos que representaban al partido que ostenta el poder.
Debería darles vergüenza observar cómo se desmorona la confianza de un pueblo harto y cansado de ser burlado.
La acepción de democracia precisa en sentido estricto que ésta, es
una forma de organización del Estado en la cual las decisiones
colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de
participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus
representantes.
En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
Lo anterior permite observar que estamos muy alegados a cumplir
en el sentido estricto, lo que es realmente un estado democrático, a
pesar de lo que diga las autoridades.
Al menos ayer abordábamos el tema de la escasa credibilidad hacia el Instituto Electoral Veracruzano y su urgente desaparición.
En varios municipios del estado existe al día de hoy un caos postelectoral.
El poder por el poder ha llevado a los grupos partidistas o simpatizantes a realizar acciones cuando los resultados no les
favorecen como la quema o robo de urnas, movilizaciones, disparos, sedes municipales o distritales del IEV tomas y demás hechos de violencia e ilegalidad.
Situaciones como las del municipio de Chumatlán, donde los hijos
del propio alcalde robaron las únicas cuatro urnas que se instalaron
en el municipio, inconformes por la derrota de su candidato, ya que
según los resultados arrojados por el PREP quien obtendría el triunfo
sería el candidato de Movimiento Ciudadano.
Finalmente ayer, las urnas fueron devueltas por los hijos del alcalde
en turno, pero embarazadas con boletas a favor del PT y algo similar ocurre en Alvarado pero los revoltosos son los simpatizantes del PRI.
¡Ver para creer! Y esto es tan solo en dos municipios, pero la lista es interminable de distritos donde ocurre algo similar.
Lamentable lo que pasa en nuestro pobre Veracruz.