Las caballadas de los candidatos para alcaldes y diputados locales están tan enjutas y endebles de los tres partidos mayoritarios del estado de Veracruz, que no permite ningún vaticinio de lo que podría ocurrir el día de los comicios.
El problema es tan serio que el número de aspirantes es cada día más nutrido ante la pobretería de los que buscan algún cargo de elección. Es una penuria política que nunca en el pasado había existido en la entidad veracruzana.
Resulta extraño que los tres partidos hayan iniciado una campaña de afiliación de militantes. Conscientes que sus futuros candidatos carecen de arrastre y se corre el riesgo que el abstencionismo sea lo que impere en el verano próximo.
De allí que surjan como precandidatos personas totalmente ajenas a esta actividad, empresarios y gente de la iniciativa privada o simples ciudadanos son los invitados para que incursionen en este complejo quehacer. Se trata de una serie de desconocidos.
El mito de hacer méritos dentro de un partido o la carrera burócrata de funcionario dejó de ser el trampolín para buscar un puesto de elección.
Un partido político es la locura de muchos para el beneficio de unos cuantos. La política es una rara agricultura donde unos aran la tierra y la cultivan para que otros sean los que recogen los frutos.
Edward Kennedy aseguraba que “la política es como las matemáticas, todo lo que es totalmente correcto, está mal”.

Se americanizan los soldados

Los cuerpos militares mexicanos que participan en las diversas acciones en contra de la delincuencia organizada, ahora son capacitados por Drug Enforcement Adminstration, mejor conocida como la DEA y por el Federal Bureau Investgation FBI, complicadas tácticas norteamericanas que buscan aplicarlas al país.
Lo triste es que los conocimientos del H. Colegio Militar y la Escuela Naval, así como la Escuela Superior de Guerra donde se diplomaban los oficiales empiezan a pasar a un sitio secundario.

Cuestión de ideología

El Partido Acción Nacional tomó la decisión de castigar aquellos militantes que infrinjan los estatutos y las disposiciones establecidas en la nuevas reformas dadas a conocer por su presidente Gustavo Madero.
Quieren ahora agilizar las sanciones y no como ocurrió con el expresidente Vicente Fox, quien en la campaña presidencial pedía que votaran por el PRI y por su candidato Peña Nieto. Pasaron varias semanas y no hubo ninguna sanción para el expresidente que había traicionado a su partido que lo había llevado al máximo cargo político que existe en el país.
En Veracruz existe el caso del secretario de Gobierno, Gerardo Buganza que fuera regidor, diputado federal, senador y hasta candidato al gobierno del estado por el PAN y ahora trabaja como número dos en un gobierno priista.
Como que eso de los colores de los partidos políticos y las ideologías no son importantes cuando existe una buena oportunidad de trabajo.
Tenemos del caso de la tía Rosario Robles que fuera hasta jefa de Gobierno de la ciudad de México por el PRD y ahora es secretaria de Desarrollo en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Nada se sabe si la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota se reafiliará y se llegue a reincorporar a la actividad política entre los azules.
El cambiar de partido político es como cambiar de escuela, de pronto el director y los maestros ya no son del agrado del alumno. Como que las cuotas le parecen demasiado elevadas o la carrera universitaria que escogió en la práctica ya no es lo que esperaba.