El expresidente Vicente Fox Quesada posee un cierto imán que atrae a los aspirantes priistas a cargos importantes de representación popular. La razón es que había sido el único gobernador de un partido de oposición del gobierno en el poder, que alcanzara la Presidencia de la República. El único ajeno al PRI que después de 70 años lograra el máximo cargo.
¿Él cómo le hizo?, era el gran hechizo político que cautivó a los entonces gobernadores Enrique Peña Nieto y Fidel Herrera Beltrán, con los cuales estableció una estrecha relación y las visitas presidenciales eran continuas y por ende el sustancial apoyo económico.
Aseguraba que al final de su gestión viviría en Veracruz y se consideraba el guanajuatense como un consumado jarocho. Con el Tío Fide se llevaba de a cuartos y se consideraban cuadernos de doble raya. Durante su gobierno en Veracruz, el doctor en Derecho, Herrera Beltrán, fue considerado como uno de los benefactores del costoso y espectacular Centro Fox, donde el expresidente panista recrea sus permanentes ataques de egolatría. Amistad que cultivara de manera inteligente y la capitalizara el actual alcalde de Tuxpan, Alberto Silva Ramos.
Un domingo soleado del 2009 en el rancho de San Cristóbal, Vicente Fox y Martha Sahagún, organizaron una comida para recibir a los “nuevos amigos de Fox.” No eran aquellos de los que realizaban las colectas para su campaña presidencial, sino los gobernadores priistas que estaban en funciones. A la hora de la comida llegó la comitiva que encabezaba Enrique Peña Nieto, del Estado de México, lo acompañaban Eugenio Hernández Flores, gobernador de Tamaulipas, Mario Marín de Puebla, Ney González de Nayarit, Silverio Cavazos de Colima y Eduardo Bours de Sonora.
Al rancho también llegó el exgobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, y el gran amigo de la señora de la casa , doña Martha Sahagún, el exgobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel. A quien le había prometido hacerlo presidente de México.
Existen testimonios fotográficos de los ilustres asistentes priistas, evento que purgaba y molestaba sobremanera al entonces presidente Felipe Calderón.
Desde aquel entonces, se empezó a fraguar la candidatura del gobernador mexiquense que asistió en varias ocasiones al Centro Fox. El personal de dichas instalaciones empezaron a trabajar como un cuarto de guerra de la campaña de Peña Nieto y según versiones de la bien informada periodista Anabel Hernández, desde ese entonces, Vicente Fox asesoraba al actual presidente de México.
De manera grotesca se convirtió el panista en el principal promotor del candidato presidencial del PRI. Durante una conferencia por Puerto Rico, Fox Quesada declaró: “Hoy los mexicanos entendemos y valoramos nuestra democracia. Si el PRI regresa al poder, como sinceramente creo que sucederá, será porque ha aprendido su lección. Hay una nueva generación de priistas, cuyos miembros crecieron en el ambiente democrático. Enrique Peña Nieto pertenece a esa generación.” Fox Quesada traicionó al PAN y a la candidata Josefina Vázquez Mota. El motivo principal es que no tomaron en cuenta a su señora esposa.
El pleito que se avecina será entre las dos influyentes mujeres que han sido el símbolo de los azules, cuando la derecha se encuentra en el poder.
Margarita Zavala es la candidata de Felipe Calderón y Martha Sahagún la de Vicente Fox. Ambas cuentan con el compromiso del líder moral del priista número uno del país. Los dos expresidentes panistas ayudaron y trabajaron al cuestionado retorno del partido tricolor a Los Pinos. Uno de manera directa y el otro en forma solapada en contra de su candidata. Ambos bloquearon y torpedearon para que AMLO no triunfara.
Son viejos acuerdos electorales con el foxismo y el calderonismo que tendrán que cumplirse.