Los nombramientos del gabinete y del equipo de trabajo del presidente Enrique Peña Nieto han creado por la parte priista un cierto descontento y malestar por la exclusividad en la preferencia de políticos del Estado de México, y la designación de altos funcionarios que son considerados como opositores por pertenecer a partidos de izquierda y de la derecha panista.

Un serio desconcierto que no se esperaban los dirigentes y altos representantes del partido tricolor. La geometría política cambió sustancialmente con el arribo de Peña Nieto al gobierno federal. Molestos algunos priistas se preguntan entre ellos ¿quién ganó la elección el PRD o el PAN? Así les parece.
El arribo de Rosario Robles como secretaria de Desarrollo Social, persona que nunca ha negado su vocación progresista de la izquierda. Una de las dependencias que maneja más dinero. El nombramiento de Alba Martínez Olivier, hija del socialista Arnoldo Martínez Verdugo, como subsecretaria de Educación Básica y del funcionario de la UNAM, Enrique del Val, como subsecretario de Planeación y Evaluación Educativa, son la punta de lanza del secretario Emilio Chuayffet en contra de las hijas o el yerno de la líder magisterial Elba Esther Gordillo, que pensaban que tenían derechos de antigüedad sobre la Secretaría de Educación.
El abrazo solidario del mandatario Peña Nieto con el padre Alejandro Solalinde fue otra de las señales distintas a las esperadas.
En este reparto peñista de posiciones federales también aparecen figuras representativas del Partido Acción Nacional como Eduardo Medina Mora, exdirector del Cisen, de la SSP y de la Procuraduría General de la República como embajador de México ante los Estados Unidos. La idea es proteger a Felipe Calderón en su incursión académica en la Universidad de Harvard.
El panista Miguel Messmacher como subsecretario de Ingresos y Ricardo García Cervantes a la dirección de Derechos Humanos en la PGR.
Son partes de los argumentos del respingo priista que causaron gran extrañeza y alteraron la aparente unidad de los ganadores de los pasados comicios.
Tanto miembros de altos calificativos políticos de la izquierda como de la derecha mexicana son los que figuran el pastel federal. De allí que casi ningún priista que no sea mexiquense haya sido invitado para el reparto sexenal de la clase política mexicana.

FIGURA RELEVANTE DEL GABINETE
Por su amplia experiencia en asuntos gubernamentales y por sus estrechas relaciones con el equipo de mexiquenses e hidalguenses del presidente Peña Nieto, el gobernador, Javier Duarte de Ochoa, invitó como subsecretario de Gobierno, a Enrique Ampudia Mello, quien en corto plazo destacó como la figura política del actual gabinete veracruzano.
Dentro del esquema del grupo gubernamental, Ampudia Mello es el que posee el carisma, sensibilidad y el conocimiento en este complejo quehacer político en la que no puede haber equivocaciones y ser el factor oficial en la solución de los grandes problemas.

LA EXTORSIÓN POLÍTICA
Al fin se decidió el alcalde de Coatzacoalcos, Marcos Theurel, rechazar el chantaje de la totalidad de los regidores panistas y de tres priistas, que como despedida exigían un bono de 700 mil pesos aparte de sueldos y aguinaldos.
En ese movimiento de rebeldía de tinte político y económico del cuerpo edilicio del segundo municipio en importancia del Estado de Veracruz, se notó la mano de los eternos caciques de esa zona. Desde la época del entonces gobernador Dante Delgado Rannauro se apoderaron de Coatzacoalcos y lo consideran como un feudo patrimonial. Tienen la mala costumbre de traicionar y quisieron hacer sentir su fuerza política al gobernador Javier Duarte de Ochoa en la manipulación de regidores de oposición y el control de un sector del priismo.


Enrique Peña Nieto
Rosario Robles