Los miembros del antiguo Colegio de Periodistas del estado de Veracruz, al igual que todos los años decidieron la fecha del 17 de diciembre para celebrar su reunión anual con motivo de las fiestas decembrinas. La gran mayoría de los miembros de su Junta de Gobierno fueron directores de la Facultad de Periodismo y de Ciencias de Comunicación de la Universidad Veracruzana, al igual que sus catedráticos, cuyo ningún miembro de esta institución académica cobró salario alguno durante los ocho años que operó.
Fue su personal y altruista manera de retribuir a su alma mater de estudios la oportunidad de capacitar de manera gratuita, a cientos de reporteros veracruzanos, ellos mismos con sus propios recursos se pagaban transportes y hospedaje, a todo lo largo y ancho de la entidad veracruzana donde compartieron sus amplios conocimientos para adiestrar y poner al día a los comunicadores con anhelos de superarse.
Lamentablemente la situación económica orilló al Gobierno estatal a cerrar el Colegio de Periodistas de Veracruz, que por su elevado nivel académico había logrado que CIESPAL, la máxima institución internacional de la ONU, dedicada a esta ciencia de la comunicación, reconociera a los egresados de la Universidad Veracruzana.
Lo importante es que el gobierno se ahorró un millón de pesos que era el presupuesto anual del Colegio de Periodistas de Veracruz.

EL ATRASO DE VERACRUZ
Es de esas notas que aparecen perdidas en las páginas de los periódicos, como si fueran noticias de relleno y sin importancia. Y para los interesados son hechos de una gran trascendencia. El cierre de negocios en el centro de la ciudad de Veracruz y que estos emigren por la falta de clientes, particularmente por el explosivo crecimiento de plazas comerciales en la zona sur de la zona conurbana.
El problema no es de precios o que no se cuenten con mejores mercancías, sino de algo tan simple, los consumidores no tienen las mismas facilidades para llegar y encontrar un sitio en donde estacionarse.
La falta de visión para una infraestructura urbana acorde con los tiempos, que ha provocado que 35 mil metros cuadrados de dichos establecimientos estén vacíos. Lugares de privilegio que son abandonados por sus propietarios.

EL PODER DE REYNALDO
El exgobernador Fernando Gutiérrez Barrios afirmaba de manera categórica que poseer información otorgaba el mayor poder, pero no se puede considerar esta como una regla general dentro de la política nacional. Ocurre que en México tener ese conocimiento sobre hechos, historias, expedientes o confidencias privadas se pueden convertir en un auténtico peligro y hasta se corre el riesgo de hasta perder la vida o que sufran un atentado los miembros de su familia.
Reynaldo Escobar Pérez, quien fuera secretario de Gobierno los seis años de gestión de Fidel Herrera Beltrán y los primeros años del gobernador Javier Duarte de Ochoa, procurador General de Justicia del Estado, es sin lugar a dudas uno de los miembros políticos que posee en su archivo personal toda clase de averiguaciones, indagaciones y revelaciones mejor guardadas de las administraciones gubernamentales de los últimos años.
Por lo que decidió el exalcalde de la capital veracruzana fijar su ya prestigiado despacho de abogados en una de las calles circundantes al zócalo capitalino de la ciudad de México. Si Escobar Pérez se decidiera a escribir un libro sobre esos acontecimientos sería uno de los volúmenes más codiciados por las importantes y contundentes referencias que existen sobre la clase política veracruzana.
Por lo pronto, ha decido esperar y madurar sin prisas sus proyectos personales y políticos futuros. El perdedor candidato a la diputación federal por el distrito de Xalapa asume la filosofía de la inseparable propiedad del tiempo que consiste en revelar siempre la verdad.