Un diputado que trabaja

De todos los diputados federales de Veracruz, el único que destaca por su trabajo y participación en la Cámara es el representante de Boca del Río, Humberto Morelli. De los demás miembros de esa legislatura no se conoce ninguna actividad que amerite algún espacio en los medios de comunicación.
Pasaron las elecciones y desaparecieron.
Pidieron el voto, prometieron trabajar por la entidad veracruzana, ganaron y pareciera que el premio del triunfo electoral fuera un largo viaje de recreo a Las Vegas, París o Hawái. Dejaron de figurar e interesar a los órganos informativos.
En Veracruz con el congreso local ocurre lo mismo. Los diputados ahí se la llevan con un comportamiento muy similar. Las conductas como las enfermedades se contagian de unos a otros.
El legislador panista Morelli asegura que el próximo jueves quedará lista la reforma laboral. El bloqueo es de la burbuja priísta que comanda el jefe Manlio Fabio Beltrones, que se opone a que sean tocados los intereses económicos y políticos de los líderes sindicales que se encuentran dentro del inventario electoral del partido tricolor. De los mil diez artículos que conforman la reforma sólo faltan ocho para ser aprobada en su totalidad. Estos se refieren a que Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps tendrían que informar en que se gastan los cientos de millones de pesos que reciben del gobierno y de las cuotas de sus afiliados. Encuentran resistencia los legisladores de oposición al PRI, a que exista una verdadera democracia en las elecciones de dirigentes sindicales. Son compromisos priístas con las dictaduras que padecen los obreros.
Alonso Morelli al menos está informado de lo que pasa en el congreso federal.

El gran experimento

El Estado de Veracruz será tomado como un gran experimento si funciona la alianza entre el PRD y el PAN. Sería la mejor noticia para la democracia y la peor para el priísmo que apenas regresa al poder.
Sería una barrera legítima y necesaria para contener al partido tricolor y por ende para controlar a Enrique Peña Nieto.

Calderón se la jugó con Peña

Con el nacimiento de Morena (Movimiento Regeneración Nacional) existe el riesgo que los partidos llamados de izquierda que se coaligaron con la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador pierdan en las próximas elecciones estatales su registro. La desbandada de militantes del PRD y Movimiento Ciudadano es en serio. Las figuras más representativas de estos partidos en la entidad veracruzana están conscientes que el verdadero motor del movimiento progresista se concentra en una persona.

Es el terco tabasqueño.

Ha trascendido que el propio presidente Felipe Calderón en una acción insólita ordenó impugnar los spots de su partido el PAN, en contra de Peña Nieto, al conocer un mes antes de la elección que López Obrador se encontraba a tres puntos del priísta y se preveía el cruce de la tendencia a favor del Peje. Decidió jugársela con el mexiquense consciente que López Obrador lo metería a la cárcel.
Siguió el mismo ejemplo de su antecesor Vicente Fox. Se olvidó de su candidata Josefina Vázquez Mota y se concentró en atacar con todo al izquierdista.
Volviendo a lo que esta ocurriendo en la entidad, lo más grave está que las bases del priísmo veracruzano también se unirían a Morena, algo que no lo harían con el PRD. Marcelo Ebrard es el más viable para asumir el liderazgo y salvar de la desaparición al partido del Sol Azteca y seguramente sea él, el otro político que también atraiga tanto a priístas como a panistas, hartos de sus actuales líderes.