Demasiado temprano se ha desatado una serie de especulaciones sobre quien debe ser el sucesor del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Los padrinos que respaldan a estos futuros candidatos, todos viven fuera de la entidad. Son ahora los poderosos vecinos políticos capitalinos, estiman los locales que serán ellos los que tomarán la gran decisión, ninguno de los mencionados reconoce con humildad y sencillez que no son los tiempos. Fueron electos para algo muy diferente a realizar a estas alturas las precampañas.
Pareciera que les gusta que se les mencione y hasta alientan a sus voceros a que lo propaguen. En política electoral las circunstancias ocurren de forma muy diferente, durante 18 años el candidato casi amarrado y que todo Veracruz daba como seguro gobernante, fue el ex alcalde y alto funcionario del gobierno federal, Arturo Llorente González, consentido del exsecretario de Gobernación y después presidente Luis Echeverría y resulta que nunca llegó.
Lo único congruente para no equivocarse y, que se puede decir con gran certeza es que el pueblo nunca designa quien es el “bueno”, así lo afirmen y aseguren en concurridos cafés, círculos sociales o partidos políticos. Y mucho menos los columnistas de los medios impresos, aún y cuando, lo certifiquen de acuerdo a sus intereses particulare$, por ello dan desde ahora como el mero preciso a cualquiera de los senadores José Yunes , Fernando Yunes, Héctor Yunes, los alcaldes Alberto Silva, Salvador Manzur o los que serán electos el próximo año.

La memoria de Bermúdez.

Tiene más cinco semanas que el secretario Arturo Bermúdez Zurita recibió una instrucción directa del gobernador Javier Duarte, de reforzar la seguridad de un medio noticioso, de acuerdo a las nuevas normas establecidas tanto en lo federal o estatal de establecer inmediata protección de índole preventiva a los periodistas.
Al parecer el que auxiliar del ex Olinca, Sergio Maya Alemán y exdirector del C-4 con Herrera Beltrán, --él de las llamadas telefónicas--, tiene problemas de memoria sobre jerarquías o tal vez espera que algo serio ocurra para alguna acción.

Prefieren a Chávez.

Lo que ha sido la nefasta publicidad para crear una mala imagen de una persona es realmente impresionante. Para cualquier ciudadano en nuestro país hasta se llegó a comparar como lo más nefasto, al candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador con el recién electo presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Aseguraban que era lo peor que le podría ocurrir a México.
Antier domingo, el 80 por ciento de los venezolanos acudieron a las urnas, mientras que en nuestras pasadas elecciones presidenciales el abstencionismo mexicano siguió imperando.
La gran mayoría del pueblo de aquel país latinoamericano, de nuevo volvió a escoger al mismo “odiado” mandatario, consciente que posee una grave enfermedad incurable. Ellos, los venezolanos son los que viven y se comparan con otras naciones y prefieren tener por cuarta vez a Hugo Chávez el enemigo número uno de los gobiernos norteamericanos.
La gasolina, los hidrocarburos y derivados energéticos que son la gran riqueza de aquella nación sudamericano son prácticamente gratis para el pueblo, en cambio en México mes con mes, tenemos que soportar los “gasolinazos”, no obstante de contar con los últimos descubrimientos con grandes reservas petroleras que durarán para varias décadas.