Era de la oficina del entonces secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios donde por la vía telefónica informaba a los gobernadores priistas que por órdenes del presidente Salinas de Gortari, tenía que firmar la renuncia tal como estaba redactada que era enviada por el fax de Bucareli.
El texto fue de manera uniforme, tenía como atenuante el mensaje subliminal a la conveniencia del momento de abdicación hacia un compañero de partido.
No siempre eran malas noticias, a unos se les invitaba a nuevos cargos dentro del gobierno federal, otros eran enroques, pero la gran mayoría eran destituidos.
Gutiérrez Barrios se oponía a que se le consideraba como un funcionario de mano dura. Amigo periodista solo le pido “Déjelo como político de mano firme”.
Los cambios del ritual se producían en los primeros meses de la gestión del nuevo presidente como prueba irrefutable de quien tenía el poder.
Lázaro Cárdenas y Carlos Salinas son los que más gobernadores removieron, 19 cada uno. Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz son los dos mandatarios que respetaron la soberanía estatal, ambos coincidieron en el Senado de la República y desde ese entonces fue la estrecha relación que siempre mantuvieron.

Un cambio total

En los centros políticos del estado de Veracruz se manejan sin el menor recato y sin secreto las listas de los que serían lo(a)s candidat(a)os del PRI a las principales alcaldías y los que integrarían el próximo Congreso local.
La costumbre establecida durante los últimos doce años donde dichos cargos de elección popular se manejaban en el palacio de Gobierno o en el comité estatal del partido tricolor.
Esa tradición provinciana no volverá a ocurrir, a partir del próximo primero de diciembre. Son otros los personajes políticos y las oficinas donde se palomearán a los abanderados del partido en el poder.
La nueva clase política y las tomas de decisión estarán centralizadas. No dejarán el menor hueco que no sea ocupado por la cúpula que detentará el poder durante el próximo sexenio.
El inquilino y el domicilio son ahora muy diferentes.

Vienen los peores años

Durante años se ha escuchado que el problema económico del país, la falta de empleos, la carestía alimentaria y todo lo que implica la escasez de dinero, es porque se vive una crisis mundial en la que está sumergido México.
No ha habido un gobierno que no tenga este pretexto y como lema esperanzador es que estamos a punto de superar este problema que confrontan todas las naciones del mundo y de manera especial lo que nos afecta lo que ocurra en el vecino del norte y su grave repercusión en la economía nacional.
Para que no haya la menor duda de lo que se avecina en los próximos ocho años, el jefe responsable del Fondo Monetario Internacional(FMI), el economista Olivier Blanchard, advierte, que falta ese número de años para que se supere esta crisis financiera y que habrá varias naciones que se ahogarán en su economía por la gigantesca deuda que los asfixia.
“Algo es seguro, no se puede seguir como se encuentran”.
No se equivoquen, advierte Blanchard, todos creen que el problema económico está en los países de Europa y en los problemas presupuestarios de los Estados Unidos o el escaso crecimiento de China; países como México les viene en un inmediato futuro a confrontar un peligroso reto.
Dejen de soñar fue el mensaje.