No hay sitio del territorio veracruzano donde no se comente quiénes serán los próximos candidatos, tanto del PRI como los del PAN, para las próximas alcaldías y legisladores locales.
Dan como un hecho irrebatible que en aquellos distritos donde ganó el tricolor serán los alcaldes que llevaron al triunfo a sus diputados federales los más viables a ocupar un cargo en el Congreso local.
Los casos de Poza Rica y Tuxpan tienen especiales características y es que sus ediles, Alfredo Gándara y Alberto Silva, se oponen abiertamente a irse a vivir a Xalapa, ambos tienen el compromiso que terminar su trienio y cumplir con lo prometido en sus campañas, que por cierto son los únicos donde sí existen registros de obras importantes y no solo bacheos, banquetas y obras bastante mediocres como ocurre en la mayoría de los municipios.
Hasta en Poza Rica están haciendo segundos pisos de allí que le digan a Gándara “El pejecito”.
Ponen como ejemplo estos munícipes perdedores que tampoco el gobierno estatal ha realizado obras de gran magnitud y aprovechan como pretexto de la pérdida electoral la falta de trabajo y los malos candidatos del tricolor.

EL POLVORÍN DE COATZA
Como si alguien les hubiera avisado que fuerzas extranjeras pensaban invadir al puerto de Coatzacoalcos, se mandó casi un ejército compuesto de soldados, marinos y cientos de policías para garantizar la soberanía del país.
Que tan grave será la situación de inseguridad que existe en ese importante municipio que se recurriera de manera urgente esta movilización de tropas.
¿Qué es lo que hay detrás de este despliegue militar que haya sido motivo que los noticieros capitalinos iniciaran sus trasmisiones con la urgente presencia de cuerpos elitistas de las fuerzas armadas se hicieran presentes?

VARIACIONES SOBRE UN MANIFIESTO
Comentarios sobre un artículo que se publicó en el periódico IMAGEN el pasado domingo donde hace una referencia sobre la similitud que existe en nuestro país con respecto al año de 1910. En dicho comentario advierten que en pleno Siglo XXI los males que aquejan a nuestra patria son los mismos de la caída de Porfirio Díaz.
Pero hoy a diferencia de 1910, convocan a los mexicanos a un movimiento de resistencia civil pacífica, una protesta con el poder que otorga la mayoría a oponerse al nuevo gobierno y piden que se convoque a una repetición de los comicios federales. Y como bien decía Madero, no se trata solo de destruir un poder ilegítimo, sino de rescatar nuestra independencia y nuestra soberanía. De poner a salvo nuestras riquezas y ponerlas al servicio de nuestro pueblo.
En dicho manifiesto subrayan que los lacayos del poder han entregado todo: las telecomunicaciones, el petróleo, la energía eléctrica, los puertos, el agua, los aeropuertos, las carreteras, los ferrocarriles, los bancos, los minerales, las fronteras, el aire, la tierra y el trabajo de nuestra gente.
Han malbaratado nuestra soberanía y han puesto en venta de manera oculta a la nación. Han corrompido nuestras instituciones, han hecho de las dependencias oficiales un espacio de simulación, de burla y de enriquecimiento al cobijo del poder. Han empobrecido al pueblo y los hacen cada día más miserable. Han envilecido la vida pública y hasta odioso todo lo que tiene que ver con los asuntos públicos de la nación.
Este grupo que publica a plana entera el manifiesto en un periódico nacional, nos hizo llegar el mismo que por ser tan extenso solo transcribimos algunos párrafos, que por cierto son los menos extremistas.
Lo menos incendiario es un llamado a casi una revolución armada.