El retorno del viejo PRI se hará presente en el gabinete que se maneja en los círculos del poder de la casona de insurgentes. La mano que mece la cuna del mexiquense es la del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Es en su domicilio al sur de la ciudad de México el más visitado por viejos políticos que participaron en su administración. De allí que no causó sorpresa que se mencione a Pedro Aspe Armella quien fuera el secretario de Hacienda como el próximo director de Pemex.
La fuerza política en el PRI de los gobernadores de Hidalgo se hace patente con las figura de Jesús Murillo Karam y Miguel Ángel Osorio Chong. Están apuntados y palomeados en la lista del gabinete peñista.
Con el mismo sello del salinato figura su antiguo director del ISSSTE, Emilio Lozoya como el nuevo titular en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
La grilla en contra de Luis Videgaray ha tenido cierto efecto de allí que se mencione que repita en la Secretaría de Hacienda, el hombre de las finanzas del presidente Felipe Calderón, José Antonio Meade, se supone que durará sólo el primer semestre del 2013, por el justificado temor a la volatilidad de los capitales mexicanos cuando cambian las administraciones federales.
Los que también exigen su cuota de poder es el próximo líder de los diputados Manlio Fabio Beltrones, que tampoco oculta su arrugada camiseta del salinato y su entrañable amistad con el hermano incómodo de Raúl Salinas.

Se olvidan del IFE

El jueves doce de julio los partidos de izquierda presentarán ante el Tribunal Electoral de la Federación un recurso de impugnación por la falta de imparcialidad en la campaña presidencial.
Confían que la sala superior del TEPJF, analizará con apego a la ley todas las pruebas fundamentadas para que se proceda a la anulación de la elección por falta de equidad que esta sancionado de acuerdo al Artículo 41 constitucional. El órgano jurisdiccional deberá evaluar todas estas inconsistencias, que son causales legales de nulidad.

Volver a la escuela

La tentación de regresar al aula universitaria y retornar a la cátedra es una idea que se repite de manera constante en el cerebro. Volver a vivir la inquietud de los jóvenes y con la misma reflexión sobre quienes somos y donde vivimos.
El soy y aquí estoy.
Surgió la invitación proveniente de los actuales directivos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. La misma escuela en el área política donde surgiera el que fuera rector Pablo González Casanova, los gobernadores de Tlaxcala José Antonio Álvarez Lima y el de Tabasco Enrique González Pedrero, entre tantos otros. El colegio universitario de Andrés Manuel López Obrador.
De esas aulas han salido cientos de periodistas que han cubierto a plenitud los amplios y nuevos campos de la comunicación de la capital de la República y de la añorada provincia.
El antiguo Cuarto Poder transformado en el influyente poder mediático.
La seducción de regresar a los talleres de redacción, valorar en el examen la excitación de los estudiantes cuando escriben su primera nota periodística. La fascinación que tienen de salir a reportear, inducir el acuciamiento de la jerarquización informativa, elaborar con conocimiento de causa, el cuestionario de la entrevista y todos los complejos ángulos de esta fascinante actividad del reportero.
Como catedrático invitado a cubrir un verano en la Ciudad Universitaria es el formal ofrecimiento.
Es de pensarse.