La ciencia base de la clase política debiera ser la sicología. Saber y conocer lo que la gente percibe y lo que quiere. Son estos analistas los que descubrieron que en el PRI no hay ningún juego democrático.
Mientras que en el PAN, la lucha por la candidatura se hace cada día más dura y cerrada, entre el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, el senador Santiago Creel y la diputada Josefina Vázquez Mota y en el PRD se lanzan a una consulta nacional Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, en el PRI todo está decidido a favor de Enrique Peña Nieto.
Los aparentes escarceos de Manlio Fabio Beltrones se reducen a un regateo futuro de posiciones. En política todo tiene su costo y un precio. Es el mismo caso del gobernador Emilio González Márquez, que al final declinan a cambio de su anunciada renuncia. Lo cierto es que tanto Manlio como Emilio, no juegan para perder. Debe dejar algo.
Tanto en el PAN como en el PRD sigue en serio la indefinición de la candidatura presidencial. El candidato de la izquierda estará sujeto a un complejo sistema de selección , que será a través de encuestas, perfiles de los participantes y consultas a los grupos políticos.
En el PAN, por ser el partido en el poder, la situación de la selección del candidato presidencial se complica aún más. Si estuviera el PRI en esa disyuntiva no habría ningún problema. La dictadura del dedo presidencial y las palabras mayores eran la biblia de este proceso.
La única duda que ahora existe, ¿es quién decidió que fuera Peña Nieto?
Error del periodista

El columnista Maquiavelo le hecha la culpa en sus errados vaticinios sobre un gigantesco sismo que ocurriría frente a las costas de Oakland, al extraño debilitamiento de las señales recibidas por los expertos vulcanólogos norteamericanos quienes aseguraban que en los meses de julio o agosto, estaba prevista una explosión volcánica submarina en la extensa placa tectónica de San Juan de Fuca. Los movimientos de esta actividad magnética se fueron haciendo menores sorprendiendo a los científicos cuando esperaban todo lo contrario.
Lo único bueno es que el periodista se equivocó. Las consecuencias hubieran sido devastadoras para la costa occidental norteamericana aledaña a la desbordada falla de San Andrés . Nuevamente el anunciado “Big One” se pospuso.

¿A quién acudir?

Lo que más ha impactado a la sociedad de diversas ciudades del estado de Veracruz en la lucha emprendida por las autoridades en contra del crimen organizado, es el sensible saldo de las víctimas colaterales.
Son numerosas familias las que se refieren de manera conmovedora de algún amigo o pariente que sin tener nada que ver sufrió un atentado.
Es la gente inocente que tuvo la mala suerte de estar en el sitio y el momento más inadecuado. Existen numerosos testimonios de personas que fueron asesinadas o heridas por fuego cruzado o las balas perdidas.
Al parecer no existe una política pública para brindar una atención adecuada y eficiente además de compensar a estas víctimas circunstanciales. Es tan serio este problema que en el presupuesto del 2012 se plantea una partida especial. Mientras tanto; ¿quién los va indemnizar? Son personas que no tienen ninguna culpa de esta guerra. Es una injusticia que debe ser reparada. Padres e hijos dejados en la orfandad, familias que perdieron a la única persona que sostenía ese hogar, seres humanos ahora discapacitados que requieren ayuda y apoyo económico de por vida. Justo es reconocer el apoyo a las víctimas del granadazo, otorgado por el gobernador Javier Duarte y su esposa Karime Macías.