Nunca se imaginó el que fuera secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, que tuviera en un presente inmediato el futuro del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán. Ahora a él le toca decidir si es culpable o inocente.
Deben pasar en estas noches de análisis por su mente, el recuerdo de variadas y difíciles situaciones que confrontó con su anterior jefe. Las veces que pensó seriamente en renunciar por lo laberíntico y complicado de su quehacer político en el agotador trato cotidiano con el gobernante veracruzano.
Su sueño de ser nuevamente alcalde de la ciudad capital del estado de Veracruz, el ideal de ser el candidato al Senado. En donde siempre recibió la negativa terminante a su futuro político. Aquellas ásperas llamadas telefónicas en donde se le reconvenía y la única respuesta es “no le entiendo señor”, le repito “no le entiendo señor”.
Ahora el abogado Reynaldo Escobar es el dueño del balón.
Pues bien, la pesadilla penal que provocaba el insomnio de las últimas semanas de Fidel Herrera ha terminado.
La Procuraduría General de la República, a través de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales se declaró incompetente en razón del fuero y en virtud de los hechos de la probable comisión de una trasgresión electoral de Fidel Herrera Beltrán. Estas faltas se encuentran previstas y sancionadas en el Código Penal del Estado de Veracruz. Por lo tanto, se le envía al subprocurador Reynaldo Escobar el expediente de la indagatoria, constante de 948 fojas útiles para que proceda conforme a sus atribuciones.
De tal manera que ahora le toca al licenciado Escobar Pérez, maestro de varias generaciones de la Facultad de Derecho, de la Universidad Veracruzana, analizar estas situaciones por las cuales se cometieron estos hechos delictuosos y el esclarecimiento puntual de los mismos, siempre apegado a derecho.
Se supone que esta dependencia de la justicia estatal es autónoma y no recibe ninguna indicación que pueda trastornar su imparcialidad y rectitud.
Escobar Pérez es una persona que no olvida la gratitud y reconocimiento de haber trabajado como el número dos en el gabinete de la fidelidad.
Es un hombre de firmes principios, amigo verdadero de sus amigos.

Grillas palaciegas

No se ha cumplido un trimestre del nuevo gobierno veracruzano, y ya se existe un sinnúmero de presiones para quitar algunos miembros del gabinete de Javier Duarte.
Sin ningún recato se mueven Carlos Brito y Marcelo Montiel para ocupar el cargo de Gerardo Buganza, secretario de Gobierno. La grilla sobre su falta de experiencia política, su extracción panista y su profesión de ingeniero son parte de sus argumentos para crear esta probable certeza de la inminencia del cambio.

Cuando fallan los amigos

En plena campaña electoral, el legislador Héctor Yunes Landa coordinó en la ciudad de México una importante reunión del candidato Javier Duarte de Ochoa con la lideresa nacional del PRI, Beatriz Elena Paredes Rangel y el dirigente de la bancada priista en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.
El propósito era el fortalecimiento del trabajo en busca del voto y contar con apoyo de las dos figuras nacionales. Lo habitual de estas circunstancias son los compromisos que se adquieren por ambas partes, de allí la tlaxcalteca solicitó que Leticia Perlasca ocupara la Secretaría de Turismo y Manlio Fabio Beltrones al igual, aprovechó para solicitar una atención del futuro gobernante.
Obviamente, Héctor Yunes esperaba que su amigo lo recomendara con el ofrecimiento, de ser el presidente estatal del PRI. Cuando le tocó el turno al sonorense y en la nerviosa espera de las palabras mágicas, grande fue la sorpresa cuando el discípulo de Gutiérrez Barrios se inclinó por su pariente político, Salvador Sánchez Estrada, el nuevo representante del gobierno de Veracruz en la ciudad de México.
Nadie sabe para quién trabaja.