Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
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2010-11-04 | 22:23:47

El final de la Sexagésima Legislatura pasó sin pena ni gloria. Fue considerada,-- tanto por los propios diputados como la ciudadanía en general--, como la más gris y sumisa de la historia en el estado de Veracruz.
No obstante de contar con importantes personajes de la clase política entre sus miembros. Fuera de los agudos y legales cuestionamientos del abogado Sergio Vaca Betancourt, la bancada priista que comandaba el licenciado Héctor Yunes Landa, no tuvo el menor interés de entrar en alguna polémica y por ende, no hubo ninguna respuesta. Al menos un discurso para disfrazar su discrepancia o un respingo para aclarar o argumentar los severos enjuiciamientos que ocurrieron durante las votaciones, donde simplemente lo que se les ordenaba, y todo era aprobado por mayoriteo. Pareciera la misma escuela del ex presidente Carlos Salinas de Gortari en cuanto a “ni los veo, ni los oigo”.
Una actitud sumisa de un triste claroscuro totalmente equidistante a lo que se considera el importante poder que representaban. Se olvidaron que son pares al Ejecutivo estatal.
Para la clase política veracruzana esta última Legislatura se la pasó de noche. Los intereses fueron otros muy ajenos al papel de servicio al que se habían comprometido cuando anduvieron en busca del voto. Nada más para disimular debieron mostrar que existía cierta independencia y rebeldía.
La obsesión por obtener mayores ingresos particulares y colarse en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa fue la tarea más trascendente de los priistas.
Son necesarias muchas generaciones ciudadanas para poder pasar de una forma de gobierno a otra. Todos los dogmas que declaran los políticos, se imponen a las esperanzas que hacen nacer y no por los razonamientos que invocan.
Si el Congreso fuera una escuela elemental, la mayoría estarían reprobados.
El jefe de Redacción de este periódico me indicó que esta Sexagésima Legislatura no merecía ningún comentario. Ni para hablar mal de ellos. ¿Será? Que dejó para el pueblo veracruzano un mal sabor de boca, no hay la menor duda. Lo dicen los propios integrantes de ese Congreso.

La muerte del IMSS

El Instituto Mexicano del Seguro Social está a punto de desaparecer. No tiene dinero para pagar las raquíticas pensiones que reciben los jubilados.
Reconoce el Gobierno Federal que se vive la situación más delicada de toda su historia y que su existencia ya no está asegurada para 2012.
Los gastos médicos y los pagos superan todos los pronósticos negativos. Es una empresa quebrada con interminables pasivos.

El PRI cambia sus reglas

Hay declaraciones que provocan risa. La dirigente nacional del PRI, Beatriz Elena Paredes Rangel, cuando se encuentra de salida, afirma que existen candados para que los próximos líderes nacionales de su partido no usen el cargo como trampolín para buscar otros puestos políticos.
Como ya no va a estar de jefe partidista, exige la tlaxcalteca, ahora sí, la estricta aplicación de los estatutos.
No quiere que se repita la versión de Carlos Madrazo Pintado que mandó al PRI al último lugar en las elecciones presidenciales.
La historia es muy diferente. En Veracruz, Fidel Herrera Beltrán fue líder del PRI tanto en la ciudad de México como en el estado; Miguel Ángel Yunes Linares, cuando era priista, también fue líder estatal; Dante Delgado Rannauro, también lo fue y Jorge Carvallo utilizó el mismo trampolín para llegar a presidir el Congreso local.
Siempre se ha usado la dirigencia del partido político para buscar nuevas posiciones. El cambio de reglas en la política tiene casi siempre su peculiar destinatario.

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