Aseguran los enterados que uno de los primeros actos del ya gobernador constitucional, Javier Duarte de Ochoa, sería que el día primero de diciembre viajará a la ciudad de Tuxpan, para reunirse con el próximo alcalde de aquel municipio, licenciado Alberto Silva Ramos, (El cisne), para cumplir un compromiso.
Es una lejana amistad que se remonta a la época de las vacas flacas cuando era diputado el ahora doctor Fidel Herrera Beltrán. Que tiempos aquellos donde el gobernador veracruzano había sido bautizado como el legislador plurinominal, porque se encontraba registrado en varias nóminas federales para atender su creciente plantilla de jóvenes asistentes.
Salarios que nunca salieron del bolsillo, sino de los impuestos.
Difíciles tiempos en donde se sueña con imposibles que permiten que estos se conviertan en realidades. Cuando se vive la pasión política como una fuerza cósmica ante la inmensidad de las dificultades por vencer.
Son las grandes tareas que permiten transformar a los adolescentes en hombres. Javier Duarte y Alberto Silva son de la misma cuadra, coinciden en el mismo equipo de ilusiones y anhelos. De allí el significado de esta primera gira.
La casualidad lo gobierna todo

Nadie se salva

También la Iglesia Católica se queja de las extorsiones del crimen organizado. Se les ha querido fijar cuotas como a los grandes comerciantes.
Al igual que los numerosos empresarios veracruzanos que emigran hacia al extranjero como única salida para no pagar lo que les exigen, hay varios miembros del alto clero que han sufrido estas amenazas. Por lo que el cardenal Norberto Rivera ha tenido que cambiar a 15 ministros de parroquias por situaciones de la misma índole.

Entre más obras más sobra

Los políticos trascienden por sus obras. Dejando a un lado el popular librito del profesor Carlos Hank González, quien aconsejaba que para obtener recursos públicos para la cartera personal, recomendaba “entre un mayor número de obras se realicen más sobra”.
No es ninguna ciencia cuando sólo el reparto del diezmo permite obtener varios miles de millones de pesos. Y para fortuna de los funcionarios estatales, en esta administración se estableció la “quinceañera” y el “ventilador”, lo que significaban el 15 y el 20 por ciento del valor de lo licitado.
El gobernador Fidel Herrera anunció que antes de terminar su sexenio pondrá en servicio cerca de mil quinientas obras, lo que significará un promedio de 50 obras cada 24 horas.
Cada media hora tendría que inaugurar una obra pública sin descansar ninguna de las últimas otoñales noches que le restan de su administración.
Lo que dejará pendiente son los importantes y trascendentales trabajos del libramiento de Xalapa, la interminable conclusión de la autopista México-Tuxpan, que lleva cuatro gobiernos estatales, el cacareado nuevo puerto de Veracruz, el inútil y costoso túnel sumergido de Coatzacoalcos, etc.etc.