Durante los más de ochenta años que tiene el PRI en el poder en el estado de Veracruz, se han escrito numerosas historias sobre abusos de las autoridades locales que han afectado seriamente la economía local. Cuando no ha sido por el saqueo directo a las arcas, lo ha sido por el tráfico de influencias, la que se traduce en nuevas fortunas, en ese dejar hacer y dejar pasar, que ha dado lugar al amasamiento de grandes riquezas.
Es un hecho que se repite cada sexenio en que surgen los nuevos millonarios de la clase política.
El maestro Fidel Herrera Beltrán no escapa al final de su administración de estos severos juicios de la ciudadanía.
No obstante las denuncias presentadas de manera mediática por políticos de la oposición, el silencio guardado por el gobernador han provocado maliciosas suspicacias.
El que calla parece que consciente.
Lo más difícil de ocultar es el amor y el dinero. La discreción no figura en las virtudes del cuenqueño.
En las declaraciones patrimoniales del gobernador veracruzano difundidas en la página de internet del gobierno, las comparaciones entre el pasado y el presente, muestran un sorprendente crecimiento.
Y son revelaciones hechas por las propias autoridades estatales, por lo que no se justifica el motivo de guardar esta reserva cuando han transcendido a otras esferas.
Hay en este silencio oficial, una virtud venenosa.
Las críticas al gobernante veracruzano son como los testamentos. Sólo es válido el último.



Veracruzanos invierten en EU.
Chedraui, la cuarta mayor minorista de México, firmó un contrato para comprar, a través de la subsidiaria Bodega Latina, once tiendas y un centro de distribución en Los Ángeles, California para ampliar su presencia en los Estados Unidos.
La situación de violencia y extorsión que viven numerosos negocios en Veracruz los ha orillado a invertir en el extranjero. Los empresarios xalapeños que operan 160 tiendas, recaudaron 370 millones de dólares en la oferta pública de sus acciones que realizaran en la Bolsa de valores de México.


El derroche final

¿Qué motivos tan poderosos pueden existir de índole política o económica para que el gobierno estatal a última hora decida regalar importantes bienes del estado?
¿Qué autoridad moral tiene la peor legislatura de la historia parlamentaria veracruzana, para obsequiar grandes terrenos e importantes propiedades como pago de facturas políticas o favores particulares?
¿Cómo lo justifican?
Algunos legisladores priistas como Erick Lagos, se atreven a dar la cara. Se explica en este funcionario, porque es una forma de retribuir su extensión en el próximo gobierno.
Sin ningún rubor, el incipiente político afirma: “Se han estado regalando terrenos en las más importantes ciudades de la entidad.” Lo incongruente y licencioso de esta medida es que los beneficiados son gente de grandes recursos y el diputado saliente, como exculpación, afirma: es que son “hoteleros, empresarios e industriales que tienen intención de crecer”.
¿Qué habrá hombres de empresa cretinos que quieran retroceder o empobrecerse?