Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
Tiene que actuar
2010-10-05 | 21:37:49
El gobernador Fidel Herrera Beltrán lo sabe perfectamente, el pueblo irritado de la zona conurbana de Veracruz quiere sangre. Si no ejerce la justicia el gobernante, lo hará el sucesor y sería la mejor manera de legitimarse.
Está de salida el Ejecutivo estatal, y debe actuar castigando a los culpables que hicieron los grandes negocios con los fraccionamientos que burlaron la buena fe de los veracruzanos al ilusionarlos con terrenos y casas y lastimosamente fueron embaucados. El problema es muy grave y es una papa caliente, se corre el riesgo de una sublevación de la sociedad porteña alimentada por la miseria y el engaño.
Hay para todo poder un límite, en donde la benevolencia oficial pierde su condición tolerante. El encubrimiento llega a extremos de una complicidad penal.
El problema de Fidel Herrera es que los culpables, los señores Barquín, aparte de ser sus grandes amigos, han sido beneficiados con multimillonarias obras estatales, como el equivocado proyecto del bulevar de la Riviera Veracruzana, fue mal planeado en sus salidas y retornos, ya ha cobrado vidas humanas.

Las visitas al medio.

Fidel Herrera afirma que cada vez que es invitado por el Consejo Editorial del periódico IMAGEN, es como si fuera a un examen profesional.
Y lo pasa con altas calificaciones.
Javier Duarte de Ochoa, al recorrer la misma prueba con los miembros del Consejo de IMAGEN, comentó, “hasta ese entonces, sentí que era el candidato y me di cuenta de la factibilidad que yo fuera el gobernador de Veracruz”.

Las manos limpias

Tuvo que ser un periódico el que pusiera al descubierto la corrupción que impera en la CFE. El diario estadunidense Houston Chronicle, en el mes de agosto del año pasado puso al descubierto que el que fuera director de Operaciones de la CFE, Néstor Moreno Díaz, por dar contratos de la paraestatal tenían que entregarle cuantiosos sobornos, que iban desde un yate, un automóvil deportivo Ferrari, dos millones de dólares en efectivo y toda clase de regalos.
Estas operaciones de alta corrupción la venían haciendo los anteriores directores de la CFE, como su antecesor, Arturo Hernández Álvarez, que por favorecer a determinada empresa tenían que mocharse. La compañía suiza que aceptaba sufragar estos “regalos” a los funcionarios mexicanos tuvo que pagar una multa de 68 millones de dólares.
Los directivos acusados de la CFE siguen tan campantes porque en México la impunidad es total. Además de que el PAN es el gobierno de “las manos limpias”.
En Veracruz se ha modernizado la corrupción, facilitando y agilizando estos mecanismos de ganar licitaciones sin concursar o de entregar a los tres contratistas consentidos de la fidelidad, --Sierra, Barquín y Ruiz--, las obras millonarias.
No hay que comprar yates, coches o dólares. Es más simple y sencillo, no hay que gastar más que en una o varias cajas de huevo, de esas de cartón que se recicla, allí se pone el diezmo, la “quinceañera” o el “ventilador” de acuerdo al 10, 15 ó 20 por ciento, según el acuerdo al que se llegó con el que ordenó la obra.
Se logró desaparecer esa engorrosa burocracia que todo lo pospone con sus dilatados trámites.

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