El magistrado del Tribunal Federal Electoral que tiene el caso Veracruz ya lo tiene casi terminado el expediente que va a presentar al pleno de esta institución a fin de que se tome la decisión de aprobación o nulidad de los pasados comicios.
Diferente a la impugnación de Fidel Herrera que se decidió a fines de noviembre, en donde este periódico contó con la exclusiva, 24 horas antes de que trascendiera a los medios. En esta ocasión se cuenta con el mismo equipo de trabajo para estar en condiciones informativas para anticipar el resultado.
No obstante de contar con elementos para difundir esta primicia con bastante antelación, existen razones ajenas al periodismo de investigación que se ejerce en este medio, que esta sujeto a la estricta norma de los principios de ética periodística.
Fernando Gutiérrez Barrios, tenía un lema sobre el silencio informativo cuando se anticipa la frase del “Off the Record”, como una exigencia del entrevistado para conservar la confidencialidad de la noticia.
“Se lo digo al amigo, no al periodista” y los grandes secretos de la política nacional se tuvieron que guardar en el rincón más recóndito de la memoria.
No se puede soslayar la importancia que reviste la entidad veracruzana y las fuertes presiones de los círculos del poder que en este caso existen y que intentan modificar la decisión de la máxima autoridad electoral.

Pleito político

Según versiones extraoficiales que se manejan en círculos políticos del puerto de Veracruz, producto de una reciente discusión entre los senadores Juan Fernando Perdomo de Convergencia y el presidente del Senado Manlio Fabio Beltrones, provocó al cordobés un derrame cerebral que lo tiene en estado crítico en un hospital de la ciudad de México.
Amigos del legislador veracruzano han intentado de manera infructuosa para comunicarse con sus familiares para conocer el estado de salud del estimado funcionario. Al parecer quieren conservar esta situación fuera de cualquier conjetura mediática.

Ignorancia política

Es lamentable la ignorancia mostrada por nuestros funcionarios veracruzanos al hacer declaraciones sobre el supuesto fin de las alianzas de los partidos políticos, tomando como tesis la iniciativa de decreto que aprobara el grupo parlamentario del estado de México por decisión del nervioso gobernador Enrique Peña Nieto.
No se pueden prohibir las alianzas de los partidos políticos ya que constituiría un atentado al orden constitucional y violentaría el vulnerable sistema democrático que existe en nuestro país.
Las alianzas desde el punto de vista jurídico, también llamadas coaliciones, no pueden ser afectadas con la reforma propuesta por Enrique Peña Nieto, de tal manera que permanecen intocados los derechos de asociación política de cualquier partido.
Lo que se planteó con esta reforma fue la desaparición de las candidaturas comunes, que impiden el contar con las fuentes de financiamiento de los partidos políticos que lo apoyaran y que el nombre del candidato apareciera varias veces en las boletas, lo que rompía con el principio de por cada ciudadano tendría el derecho de sólo un voto.
Lo único cierto es que el PRI mostró su miedo de perder el estado que aporta a nivel nacional el mayor número de votos y que tanto el PRD como el PAN tienen en dicha entidad un buen posicionamiento. Especialmente este primero que cuenta con candidatos de primera línea como el ex jefe de Gobierno de la ciudad de México, diputado federal Alejandro Encinas y los dos senadores mexiquenses perredistas.