Debe ser para el gobierno saliente y entrante un tema de profunda reflexión lo que ocurrió en el municipio de Xalapa, en donde el PRI no ganó una sola casilla.
Preocupa porque es la capital del estado y la sede de los tres poderes. Según las encuestas el gobernador Fidel Herrera era el funcionario con el mayor reconocimiento.
Un municipio en donde la población se divide en dos sectores mayoritarios, los empleados del gobierno y el estudiantado universitario. El nivel social y económico es muy diferente a otras ciudades de la entidad,
Es gente con otro nivel de preparación.
La razón del rechazo electoral y lo extraordinario del voto dividido debiera ser motivo de análisis y serios estudios el porqué del desencanto del xalapeño hacia el gobernador del estado. Es el sufragio la única forma de refutar el quehacer del funcionario, es como una rechifla de repudio a los inquilinos del Palacio de Gobierno.
El hombre que no reflexiona no tiene tiempo de juzgarse a sí mismo. Para Fidel Herrera y su gabinete debe inquietar esta actitud de desdeño de un importante conglomerado humano.
Si bien Xalapa no es Veracruz.

Un plan ambicioso
La estrategia de Andrés Manuel López Obrador para ganar la Presidencia de la República quedó definida. Este fin de semana hecho a andar a su ejército de promotores de afiliación hacia su persona, que en número son más de dos millones y medio a los que ahora llama “los protagonistas del cambio”. La cifra que persigue deberá de ser de 4 millones y cada uno tiene el compromiso de afiliar a cinco personas, con el fin de llegar a la ambiciosa meta de contar para el proceso electoral del 2012, a más de veinte millones de ciudadanos seguros de votar por un nuevo y diferente México.
Estas dos decenas de millones de mexicanos deberán estar empadronados, perfectamente registrados y plenamente identificados. Es el voto duro, no de un partido político, sino de un ciudadano que quiere cambiar el destino de nuestro país.
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Viene lo peor
Como si fuera algo insólito y fuera de serie lo que esta ocurriendo en el estado de Veracruz con respecto a las intensas lluvias que se han venido registrado. Hace varios meses se señaló oportunamente y a través de varios medios, el grave riesgo que corría la entidad con el cambio climático, que se haría presente a mediados de este año.
Noticias destacadas sobre el deshielo de los polos y la desaparición de playas a todo lo largo del litoral veracruzano.
Situación crítica que se anunció con anticipación con el único propósito de que se tomaran las medidas preventivas para evitar las situaciones catastróficas que actualmente se registran.
Fueron dadas estas voces de alarma y como respuesta el silencio. No se trata de algo extraordinario cuando hubo numerosas advertencias, tampoco de sólo culpar a las autoridades estatales de esta falta de precaución, es un problema que le compete directamente a la Comisión del Agua, dependencia federal, que por un criminal descuido, hace años que no se dragan las presas y por estar totalmente azolvadas fácilmente se llenan y ocurren estos grandes desbordamientos, cuando su función era retener las avenidas y controlar el flujo para mantener los niveles de los ríos. Existen ahora dentro de los vasos de las presas varias islas que se han formado por la acumulación de la tierra que arrastran las lluvias de las zonas montañosas. Dichos islotes se han convertido en un redituable negocio que hasta son vendidos por las autoridades municipales.
Lo grave es, que apenas empieza la temporada de huracanes.