Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
La buena nueva
2010-06-06 | 21:38:06
Con motivo de los festejos del Día de la Libertad de Prensa, el gobernador Fidel Herrera Beltrán tiene el mejor regalo que se puede dar a los periodistas en esta última ocasión. Propondrá a la Legislatura del Estado la desaparición de los delitos de difamación y calumnia que afectaba seriamente los derechos de los reporteros veracruzanos.
Un arma que fuera utilizada por los funcionarios públicos para coartar la libertad de aquellos pocos que ejercían su función crítica de los medios de comunicación en el estado.
Un caso específico se registró en la zona sur del estado.
La acción jurídica emprendida por los gobiernos estatal municipal en contra del corporativo Imagen del Golfo no logró prosperar, por el puntual ejercicio legal de los abogados Reynaldo Escobar y Gerardo Perdomo, quienes aplicaron las normas del derecho de la Libertad de Prensa que hacen patente su rechazo a toda restricción a la manifestación de las ideas por ser inadmisible y contraria a la soberanía del pueblo.
Desde ese entonces las organizaciones, asociaciones y colegios de periodistas existentes en el país solicitaron y lograron que a nivel del código Federal Penal, se eliminen las figuras delictivas de difamación y calumnias, usadas para coartar la libre expresión de las ideas, críticas y opiniones periodísticas contra abusos de poder y conductas ilícitas e inmorales de servidores públicos y de la sociedad en general.
Siendo la materia del derecho penal del fuero común les corresponde a los estados, ese cambio a nivel federal.
El gobernador Fidel Herrera atendió ese movimiento de la derogación de esos delitos y lo logra en momentos difíciles y peligrosos para los periodistas veracruzanos.


El fin de las campañas


Se acortó de manera dramática las campañas electorales en el estado de Veracruz. Para los candidatos Dante Delgado Rannauro, Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares se redujo por veinte días sus actividades de promoción del voto. Tres semanas menos a lo que se tenía programado.
Al iniciarse el campeonato mundial de fútbol el próximo día once del presente mes, prácticamente desaparecieron los protagonistas políticos de la entidad.
Como si fuera un acto de magia se esfumarán los cientos de aspirantes a ganar alcaldías, diputaciones y la gubernatura. Entrarían el día once a un sorpresivo e impresionante letargo.
A partir de esa fecha será cuesta arriba que exista alguna concentración partidista. Si antes de los cotejos mundialistas a los acarreados había que pagarles hasta 500 pesos más transporte, refresco y torta, ahora se tendrían que pagar cuotas más elevadas para que estos asistan. Aunado a que los partidos políticos están a estas alturas ya muy gastados y que hay que ahorrar para la compra de votos el domingo cuatro de julio.
Así quedará más que comprobado que el pueblo es más futbolero que político. De la idiosincrasia del mexicano no hay la menor duda que vive el gran circo fabricado con toda anticipación por las agiotistas empresas televisoras.
Si la selección mexicana hace un buen papel puede cambiar de manera drástica la preferencia del electorado veracruzano.
El si se puede, estaría vigente.


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