Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Educación superior
2010-05-09 | 22:04:28
Uno de los dramas que afectan a miles de padres de familia en la entidad es el de la educación superior, pues al menos en el próximo ciclo escolar alrededor de 20 mil aspirantes a cursar una carrera universitaria no podrán acceder a la Universidad Veracruzana (UV).
Según acaba de informar Ragueb Chaín Revuelta, director de Administración Escolar de la UV, este año pagaron su derecho a examen de admisión 34 mil 744 jóvenes, de los cuales sólo ingresarán aproximadamente 15 mil, esto es, el 55% de los que atendieron la convocatoria.
Este espinoso tema podría politizarse porque esta semana iniciarán las campañas electorales de los tres candidatos a la gubernatura que ayer fueron registrados formalmente ante el Instituto Electoral Veracruzano (IEV), y no ha faltado quien quiera sacar raja política de este problema social que requiere de un análisis mucho más serio y profundo, y no sólo declaraciones periodísticas estridentes para llamar la atención y jalar la simpatía del electorado.
En 2004, como candidato, el gobernador Fidel Herrera Beltrán encaró este problema y más que ganar las ocho columnas de los diarios de la entidad optó por buscar acuerdos con la mayoría de los dueños de las universidades privadas para que mediante becas se abrieran espacios suficientes para los miles de jóvenes que no habían podido ingresar a la UV. Este mismo esquema lo ha sostenido en los cinco años de su administración.
Los tres aspirantes a la gubernatura –es de suponerse– conocen a fondo la problemática que aqueja a nuestra máxima casa de estudios no de ahora sino desde al menos cinco sexenios atrás. Dante Delgado Rannauro, de la coalición PRD-PT-Convergencia, debió comprenderla y atenderla como secretario de Gobierno y gobernador sustituto en el periodo 1988-1992; el neopanista Miguel Ángel Yunes Linares la debe dominar igualmente, pues desde la Secretaría de Gobierno le tocó hasta operar en 1996 el decreto de la “autonomía” de la UV; y Javier Duarte de Ochoa, de la alianza PRI-PVEM, sabe de las penurias presupuestales de esta institución educativa porque despachó en la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno del estado.
Por eso es de esperarse que antes de la elección del 4 de julio próximo los tres candidatos presenten, en base a un diagnóstico serio y realista, propuestas viables y mesuradas para dar solución a este problema de demanda educativa en el nivel superior.
Y es que no se puede caer en actitudes demagógicas como la de Yunes Linares, del PAN-PANAL (¡el partido más identificado con el magisterio!), quien el sábado anterior, ante una decena de jóvenes estudiantes que posaron con él frente a Palacio de Gobierno en Xalapa, propuso “menos gasto en las campañas (y) más presupuesto para la Universidad Veracruzana”.
Según un boletín difundido por su oficina de prensa, el ex director del ISSSTE dijo a un grupo de estudiantes que se encuentran preocupados por la falta de espacios en la UV, que “no se vale que los recursos públicos en lugar de destinarse a que los jóvenes tengan más y mejores oportunidades de preparación, se tiren en campañas políticas.”
Yunes Linares sabe, mejor que nadie, que ningún gobernador ni rector tiene una varita mágica para resolver de tajo este problema que atañe a todas las universidades públicas del país.
Es más, las autoridades de la UNAM y de las universidades estatales han tenido que mendingar ante la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión más recursos federales porque el presidente Felipe Calderón Hinojosa –el mismo que impuso a Yunes como candidato del PAN a la gubernatura, fracturando inclusive al panismo veracruzano– ha incumplido con su promesa de campaña de alcanzar en los seis años de su gobierno el 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación superior.
En 2008, por ejemplo, tras las negociaciones con el Poder Legislativo, los rectores de las universidades públicas del país lograron la asignación de 0.58 por ciento del PIB lo que representó poco más de 0.07%, en comparación con la propuesta del presidente Calderón, de 0.51%.
Gracias a esas negociaciones, los rectores lograron 8 mil 206 millones de pesos adicionales en los recursos para ese nivel educativo. Pero para alcanzar el 1.5 por ciento del PIB que para la educación superior prometió Calderón en su campaña, el incremento anual tendría que ser de 0.15 por ciento para lograr la meta en seis años y con ello tener una cobertura de 30 por ciento a escala nacional y no menor a 20 en cada una de las 32 entidades del país para 2012.
En octubre de 2007, representantes de más de 30 instituciones de educación superior afiliadas a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) se reunieron con la aún titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota, actual coordinadora de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados, para solicitarle un incremento de 15 mil 500 millones de pesos al proyecto presupuestal para las instituciones de educación superior en 2008, con lo que se alcanzaría apenas el 0.77% del PIB para ese nivel educativo.
En la reunión sostenida con Vázquez Mota, la entonces secretaria de Educación Pública sólo acordó con los rectores establecer una mesa de trabajo junto con representantes de la Secretaría de Hacienda y los legisladores para analizar el presupuesto 2008. Pero finalmente fueron los diputados, a través del presidente de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, Tonatiuh Bravo Padilla, del PRD, los que se comprometieron a asumir como una prioridad que los recursos destinados a la educación tuvieran un sentido ascendente, revisando las asignaciones.
El financiamiento público a la educación superior siempre ha sido uno de los temas más importantes en las agendas institucionales y de los gobiernos. La ANUIES, a lo largo del tiempo, ha formulado diversas propuestas para incrementar sus montos, diseñar mejores formas para su distribución y mejorar su administración en estas instituciones educativas.
Por eso, cuando un candidato a la gubernatura como el neopanista Yunes Linares sale a proponer “menos gasto en las campañas (y) más presupuesto para la Universidad Veracruzana” para dizque resolver el problema de cupo que en cada ciclo escolar viene enfrentando desde hace por lo menos cinco sexenios la UV, no sabe uno si reír o llorar por las “genialidades” de este aspirante a gobernar a los veracruzanos.
¿Por qué no comienza por poner el ejemplo, y aporta de una vez todos los recursos de su fallida campaña a la UV?

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018