Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
La ‘suerte’ de García Guzmán
2010-04-26 | 21:57:36
Protegido de su paisano, el ingeniero Fortunato Guzmán Rivera, quien primero lo recomienda con el también panuquense Mardonio Mireles, gerente del Sistema de Transporte Colectivo “Metro” en el sexenio del presidente José López Portillo (1976-1982), y luego, en 1992 lo incorpora con él en la Secretaría de Comunicaciones en el régimen del gobernador Patricio Chirinos Calero –donde se desempeña inicialmente como subdirector de Administración y Programación de la SECOM.
Y más tarde como subdirector de Administración de Maquinaria de Veracruz (MAVER)–, sin embargo, el actual alcalde de Pánuco, Ricardo García Guzmán, dio el gran salto de su vida en el gobierno de Miguel Alemán Velazco, a cuyo equipo se enganchó durante la campaña electoral de 1998, cuando entonces colaboraba como contralor del CDE del PRI bajo la dirigencia de su protector Guzmán Rivera, quien había sustituido a Miguel Ángel Yunes Linares tras su sonado fracaso electoral en la sucesión municipal de noviembre de 1997.
García Guzmán se enriquece inexplicablemente al ocupar la Contraloría General del Estado durante los primeros cinco años del sexenio alemanista. En 2004 busca y logra ser postulado como candidato del PRI a la diputación local por el distrito de Pánuco, el único que en esa sucesión gubernamental consigue ganar el Revolucionario Institucional en todo el norte del estado.
Del Congreso local, donde adquirió fuero e impunidad, Ricardo García saltó en 2007 a la presidencia municipal, donde ahora ha incurrido en toda clase de atropellos, excesos de poder y corruptelas.
Por ejemplo, en diciembre de 2008, justo cuando rendía su primer informe de actividades en medio de la inconformidad social que le reprochaba un sin fin de promesas incumplidas, a unas cuadras del recinto oficial elementos del Ejército Mexicano procedían a la detención de dos patrullas de la policía municipal de Pánuco en las que al parecer habrían encontrado drogas y armas prohibidas. Las unidades retenidas, que fueron remitidas al Ministerio Público Federal, fueron las número 0804 y 61208 que eran conducidas por Eduardo Robles del Ángel y Benigno García Hernández, quienes presuntamente involucraron a otros personajes allegados al munícipe todavía priista.
Por eso, en 2009, Ricardo García buscó ser candidato del PRI a la diputación federal. Le urgía prolongar su fuero. Pero como de Palacio de Gobierno decidieron postular al ex alcalde de Tempoal, Patricio Chirinos del Ángel, a la sazón diputado local, entonces García Guzmán buscó acercamientos con el aún director general del Issste, Miguel Ángel Yunes, quien ya se perfilaba como el virtual candidato del PAN a la gubernatura de Veracruz.
La alianza del alcalde aún priista de Pánuco con Yunes Linares se evidenció cuando éste nombró a finales del año pasado a Ricardo García Escalante, hijo del presidente municipal, como gerente de las tiendas y farmacias del Issste en el occidente del país, con sede en Guadalajara, Jalisco.
Cinco meses después de este nombramiento, García Guzmán se descaró de plano al renunciar públicamente como militante del PRI y manifestar su adhesión a la candidatura de Yunes Linares.
Por su parte, su vástago acaba de regresar de Jalisco para ser postulado como candidato a diputado local por el partido blanquiazul.
Con este par de jugadas, el ex contralor alemanista buscaba desvirtuar la acción penal que en su contra había iniciado la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Y es que García Guzmán no sólo había sido acusado por la mayoría de los miembros del Cabildo de Pánuco de un presunto daño patrimonial de 12 millones de pesos detectado en la revisión de la cuenta pública municipal correspondiente sólo al ejercicio fiscal de 2008 sino que también fue señalado de haber hecho mal uso de 600 mil litros de combustible que la paraestatal Pemex donó al ayuntamiento panuquense en 2009 y 2010.
Por hechos como estos, García Guzmán recibió duras críticas de algunos periodistas de esa región huasteca, los cuales, coincidentemente, han sido víctimas de graves atentados.
En enero de 2008, por ejemplo, Octavio Soto Torres, director del matutino “Voces de Veracruz”, fue agredido a balazos en Pánuco cuando viajaba en un auto compacto con su hijo de 16 años de edad. El comunicador, que afortunadamente sólo resultó herido de un brazo, fue baleado por tres pistoleros que iban a bordo de una camioneta que se le emparejó. Pero Ricardo García ha sido denunciado también por José Luis Gracia, ex alcalde de Pánuco. Gracia Sánchez, articulista y autor del libro titulado “La impunidad en Las Huastecas”, donde relata las acciones fuera de la ley que como diputado local ejerció presuntamente García Guzmán en contra de periodistas de aquella región, ha acusado penalmente al ex contralor estatal de haberlo mandado a golpear y de encarcelarlo en represalia por sus críticas periodísticas.
García Guzmán no sólo se ha caracterizado en su trayectoria pública por sus actos de prepotencia y deshonestidad sino también por su cinismo. El alcalde de Pánuco, ahora neopanista, se inserta en esos clásicos de la política donde el oportunismo suple a las capacidades, sobre todo cuando se recurre al uso de la información privilegiada. De esa manera, cuando se desempeñó como titular de la Contraloría General del Estado en el gobierno de Alemán Velazco, Ricardo García, pese a su origen humilde, tuvo el descaro de construirse una lujosa residencia en el fraccionamiento residencial de Las Ánimas, de Xalapa; de adquirir una cuadra de caballos pura sangre que en ese tiempo tenía un valor de aproximadamente 40 millones de pesos, y de hacerse de un rancho que compró tras visitar las propiedades de su amigo Manuel Sánchez Huesca, entonces Jefe de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Seguridad Pública.
Hay quienes aseguran que aquella información habría sido filtrada en los medios de comunicación por el auditor del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), René Mariani Ochoa, razón por la cual García Guzmán tomó la iniciativa de adelantarse y anunciar –el 24 de octubre de 2005– que interpondría una denuncia judicial contra el fiscalizador superior por presuntos delitos cometidos contra el servicio público y enriquecimiento ilícito.
Este asunto provocó un escándalo mayúsculo. Ricardo dejó en claro que el salario percibido por el auditor Mariani Ochoa no era mayor a 74 mil 543.68 pesos mensuales, recurso que no le daba solvencia económica para adquirir, en tan poco tiempo, el número extraordinario de propiedades que poseía, entre otras, un rancho en la región de Naranjos, municipio de Puente Nacional, y una residencia en la conurbación Veracruz-Boca del Río, cuyo costo era superior a los 10 millones de pesos, además de muchos otros bienes que Mariani tuvo a bien inscribir en el Registro Público de la Propiedad a nombre de su esposa, Emma Sentíes Alfonsín.
Mariani respondió que estaba dispuesto a demostrar –con documentos en mano– que Ricardo García mentía cuando lo acusaba de corrupto, pero de ahí no pasó. El asunto se quedó en una simple escaramuza. Ahora, este par de personajes son dos de los nuevos aliados de Miguel Ángel Yunes Linares, candidato del PAN a gobernador.
Aunque, claro está, el que actualmente se encuentra en serios problemas es García Guzmán. Y es que, en su sesión de este lunes 26, la Diputación Permanente envió a las Comisiones Unidas de Justicia y Puntos Constitucionales y de Gobernación la solicitud de la Procuraduría General de Justicia del Estado para iniciar juicio de procedencia en contra del alcalde de Pánuco por los presuntos delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de un deber legal.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018