La lluvia de denuncias, pifias y acusaciones en su contra por la anárquica y corrupta forma de manejar el Poder Judicial en Veracruz hicieron a Edel Alvarez Peña insostenible en el Poder Judicial del Estado.

Si bien, se cree, que el primer pactó surgió para mantenerlo al frente de los jueces y magistrados de la entidad a la llegada de Morena al poder, éste ha caído porque simplemente era incongruente. El saneamiento de la Justicia en Veracruz que emprendió el actual régimen, estaba cojo, inconcluso, pues por un lado, se fue Jorge Winckler de la Fiscalía General, pero se quedó el otro engrane que tanto daño le ha hecho al sistema judicial.

Por ello, en su ansiada y buscada reelección, Edel, en el pecado llevó la penitencia. Su desesperación por mantenerse como Presidente del TSJE lo orilló no solo a estar en el ojo del huracán con los delitos que le imputaba el ex fiscal, Luis Angel Bravo, vía la juez Alma Aleida, sino a incurrir en otros más con las designaciones de jueces y juezas para hacerlos sus magistrados aliados y pretender asegurar así la reelección.

Y es que fue la denuncia de Luis Angel la que puso de rodillas al “camaleón” político venido de líder del PRI, director del IVEA, titular de Registro Público de la Propiedad a juez, magistrado y presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Sus ambiciones llegaron demasiado lejos. Y tras ceder a los intereses oscuros del pasado gobierno de dos años,  liderado por el panista Miguel Angel Yunes Linarez, Alvarez Peña, se vio inmerso en un proceso ilegítimo y acusado entre las patas de los caballos, dentro del litigio del ex fiscal duartista que terminó por salir libre.

Luis Angel Bravo habría denunciado a la jueza de su caso, Alma Aleida y dentro de la acusación, incluyó por abuso de autoridad y hechos de corrupción a Edel.

Fue en el Juzgado de Control y Procedimiento Oral, del Distrito Judicial de Xalapa, con sede en Pacho Viejo que se radicó el proceso y ayer en audiencia el Magistrado Edel Álvarez, en su calidad de Presidente del Tribunal Superior de Justicia, señalado como imputado por abuso de autoridad y hechos de corrupción.

De acuerdo a las versiones, y con argucias e incluso influencias, logró evitar su presencia como imputado en el desarrollo de la misma audiencia.

Al mediodía del viernes se decretó un receso y se presionó a la juez de control Patricia Armas Márquez en Pacho Viejo, para el ejercicio de la no acción penal, ya que esto lo afectaría en la búsqueda de su reelección.

En la mesa, en medio del estira y afloja estaba la impugnación con el No. 81/2019, donde se encontraban denunciados también Jorge “N”, ex fiscal general, Marcos Even “N”, ex Fiscal Anticorrupción, la juez Alma Aleida “N”, Luis Eduardo “N”, ex fiscal especializado en investigación de personas desaparecidas, entre otros ex funcionarios yunistas, que se encuentran prófugos ante posibles órdenes de aprehensión.

Más tarde, y como parte del pacto, se afirma, con el que Edel estaría fuera de la posibilidad de reelegirse, el ex fiscal Luis Ángel N se desistió de la denuncia interpuesta por posible abuso de autoridad y actos de corrupción.

Edel queda devastado una vez que él mismo ha trastocado la ley para inventar culpables con efectos jurídicos y políticos en su contra.

NO SE SALVA

La presión mediática y política podría aminorar una vez que el ex Fiscal ha hecho lo propio, al señalar que con la confesión de la jueza Aleida “le bastaba”.

Pero si hay apego a la Ley y ahora la juez que tiene el caso a su cargo no quiere incurrir en la misma falta, tendrá que proceder pues, de acuerdo a los especialistas en Derecho,  el abuso de autoridad es delito perseguible por oficio.

El perdón que como redentor y pensando que hay ignorancia del derecho otorgó el ex Fiscal, no existe para este tipo de infracciones al Código Penal por parte del presidente del TSJ, a quien se le podría demostrar la presión que ejerció contra la Jueza Alma Aleida para mantener Luis Angel Bravo en prisión con el solo hecho de checar las llamadas telefónicas hechas por éste.