Tras las irrupciones incluso violentas, y el atropellado proceso para la elección de delegados en los distritos, la lideresa nacional de Morena, Yeidkol Polewsky declaró que prácticamente la jornada para seleccionar delegados y consejeros había sido un cochinero y anunció la suspensión de la elección nacional hasta que hubiera “mejores condiciones”, incluso propuso que se trasladara para el 2020.
Maquiavelo en su preciso análisis señala que solo dos son los llamados a presidir la mesa direccional de ese instituto político. Se trata de Bertha Luján y Mario Delgado. Aunque también se enlista a la misma Yeidkol Polewsky, pero estaría imposibilitada. Efectivamente son los candidatos de donde saldrá la cabeza del ahora sí, más que disputado liderazgo en Morena, pues anteriormente –hace apenas unos cuantos años- muchos consideraban al proyecto una pérdida de tiempo.
Ese interés desbocado, una vez que el poder del Gobierno Federal y de varios estados importantes como Veracruz, recae en esa corriente de izquierda, ha llevado a una insoslayable confrontación que podría convertirse en peligrosa para el partido.
En Veracruz por ejemplo, la enconada división entre los grupos políticos de ese partido, que gobiernan desde Palacio y desde el Gobierno Federal que encabeza como representante el delegado Manuel Huerta, parece incendiarse nuevamente, tras las elecciones de hace una semana. Y es que las huestes de uno y otro lado fueron abruptas, burdas y hasta salvajes.
Es la primera elección “democrática” y algunos terminaron hasta en las barandillas de las fiscalías tras los comicios del 19 y 20 de octubre. El Diputado federal por Papantla, Jaime Humberto Pérez Bernabé no solo se quejó de sus adversarios y directamente señaló al secretario de Gobierno, Eric Cisneros, de injerencia sino que se la regresaron con tremendo revés, pues los videos lo exhiben como el principal acarreador de gente a las elecciones, dirigiendo la caravana de autobuses y luego, en las sedes para elegir a los delegados, armando zacapelas. A la Fiscalía fue porque según lo intimidaron de reactivarle una denuncia por secuestro.
A este por cierto, se la había caído, dentro de su grupo político, la candidatura a liderar Morena en la entidad, la que disputa junto con el apoyado por los estatales, el actual secretario general del comité estatal, Gonzalo Vicencio Flores.
El legislador local, Madaleno Rosales, un personaje sui géneris de Morena en la zona, hizo lo propio. No solo ha sido ubicado como uno de los principales bloqueadores en la elección sino también echó en cara al gobierno estatal de haber metido las manos, directamente contra Eric Cisneros. Otra expresión burda de intervencionismo, cuando el máximo jerarca Andrés Manuel López Obrador una y otra vez advirtió que no deberían entrometerse.
POR EL 2024
Hay otros actores políticos que también tienen vela en el entierro o que han metido ruido. Desde la secretaría de Energía, por ejemplo, y si no directamente, los ‘queda bien’ los plebeyos pretenden hacerle un favor y se exhiben con el mismo sello y etiqueta.
Y es que los intereses no desembocan en la dirigencia estatal del partido, que parte del control de los delegados, diez por cada distrito, fueron electos la semana anterior, para a su vez ser quienes ungirán a su representante en la entidad, sino que en juego está la siguiente gubernatura. La lucha real pues, es la del 2024. La sucesión del actual régimen morenista.
Y aunque pareciera que el futurismo político no es parte de la esencia entre los morenos, en Veracruz ya los grupos la tienen como un sello propio desde el primer día en que Cuitláhuac García anunció su gabinete.
Diputados que dicen apoyar una candidatura por la dirigencia nacional pero que también tienen intereses propios en apoderarse del partido, saltan al escenario. Algunos de los nombres que se dejan sentir son, Julio Carranza, Ricardo Exsome, también Rafael Hernandez Villalpando. Que se han frotado las manos, al menos estos dos últimos en pretender encaramarse al gobierno de Veracruz aunque sea como interino o por cuatro años, cuando desde todos los frentes torpedeaban a la actual administración estatal para debilitarla.
TELURISMO POLÍTICO
El telurismo político en Veracruz se acrecenta por la liberación de energía desde del gabinete federal.
Y la ebullición no se queda en algunos de los nombres arriba mencionados. Porque a nivel de secretarías el corazoncito por gobernar Veracruz también se extiende a la secretaría de Bienestar.
Sin duda, otro condimento más para el caldo del poder de Morena en Veracruz. Pero como dice Nana Goya, esa es otra historia.
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